Festín del Leganés en Zorrilla ante un Valladolid desconocido
Siovas, Óscar y Carrillo en dos ocasiones hicieron posible la fiesta del Leganés en Pucela, su mayor goleada fuera de casa en Primera. Los blanquivioletas olvidaron defender.
Trece meses después el Leganés volvió a ganar a domicilio y lo hizo a lo grande. Goleando a un Real Valladolid que se había mostrado como un equipo muy serio en defensa y que quiso destaparse por abajo para solucionar sus problemas de gol y se llevó un revolcón importante sumando su quinto partido consecutivo sin ganar.
El Leganés tenía claro el plan desde el primer momento. Aguantar las embestidas pucelanas, tapar al bombardero Verde, animándole a ir hacia la línea de fondo y no hacia el centro para que no cargara su zurda, y aprovechar sus ocasiones. Tanto es así que en la primera que tuvo acertó. Siovas marcó a la salida del primer córner del partido, rematando en el palo más cercano y batió a Masip. Tres córners más sacaron los pepineros igual y lograron rematar en una clara muestra de que los blanquivioletas no estaban tan contundentes como hasta hoy, ya que eran el segundo equipo menos goleado. Lo intentó el Valladolid, era capaz de llegar a tres cuartos, pero entonces los centros se estrellaban en los tres centrales de Pellegrino que no permitían el remate de Unal. Lo intentaron los locales desde lejos por mediación de Plano, Verde o Alcaraz, pero no inquietaron a Cuéllar. Nadaba contracorriente el Valladolid, lo hacía serenamente el Leganés. Entonces apareció Óscar. Lo intentó desde lejos dos veces, pero sus tiros no fueron a la portería de Masip. Sin embargo, en el quinto córner desde el mismo sitio, el canterano merengue remató una vez, Míchel despejó cortó y Óscar se tiró en plancha para cabecear a las mallas ante la pasividad pucelana. Todavía antes del descanso, En Nesyri encaró a Masip, pero el duelo se lo llevó el meta.
El Real Valladolid salió con una marcha más en el segundo tiempo, pareció encontrar el camino de la portería de Cuéllar. El remate de Unal a centro de Verde se le quedó en los guantes al meta pepinero. No pudo sin embargo detener el disparo de Nacho que se estrelló en el palo y el rechazo lo recogió Toni, que marcó su primer gol en Primera. Los pucelanos se lanzaban, Antoñito hizo una jugada preciosa por la derecha y su centro no lo remató por centímetros Cop. Del muy cercano 2-2 pasamos al 1-3. Uno de los jugadores más seguros del Real Valladolid, Masip, calculó mal y Carrillo le robó el esférico para empujarlo a las mallas. Fue un cubo de agua fría para los locales y un subidón de adrenalina para los madrileños, que entonces ya se sintieron dueños y señores del partido. Marcó Carrillo de cabeza saltando por encima de Nacho y pudo anotar el quinto En Nesyri y el propio delantero argentino que perdonaron, justo antes de que Unal marcara el 2-4 definitivo. El Valladolid empieza a mirar hacia abajo y el Leganés da un salto en la clasificación, aunque sigue por detrás de los pucelanos, pero con otras sensaciones.
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Pellegrino
El entrenador del Leganés, Mauricio Pellegrino, destacó la "efectividad" de su equipo, que "merecían", tras "un inicio complicado" y admitió que el fallo de Masip, que supuso el tercer gol de su equipo "fue determinante" puesto que el Real Valladolid "se vino abajo".
Según el técnico del cuadro madrileño, "en el primer tiempo logramos goles a balón parado", lo cual "es importante" y les "da confianza", porque es una faceta en la que tienen "potencial y eso abrió el partido" y pudieron "disfrutar de ocasiones, aunque marcar goles es difícil en Primera".
"Además el nivel de organización era alto y el partido se rompió al final, entre dos equipos cuyo planteamiento hace que sea difícil penetrar", añadió el técnico argentino, quien reconoció que, en la segunda parte, el Real Valladolid estaba apretando con el 1-2 pero, ese gol tras el error de Masip les dio "más tranquilidad".
Para Pellegrino, los tres puntos suponen una "buena noticia", por esa mejoría en la efectividad, por aprovechar su potencial a balón parado y porque ve que el equipo "sigue creciendo" y confía en que "lo siga haciendo", con esa "solidez" que mostró hoy ante un rival "que tiene automatismos bien aprendidos a nivel ofensivo".
Aun así advirtió de que "hay mucho para mejorar", como "tener más calma a la hora de manejar el balón", y, por tanto, apeló a la "humildad" ya que "viene un calendario duro".
Sergio González
Por su parte, el técnico del Real Valladolid, Sergio González, indicó que "no hay explicación sencilla" a la derrota ante Leganés porque, en su opinión, "el equipo salió bien, pero el segundo gol a balón parado supuso un mazazo", y aun así su equipo "se repuso bien y generó peligro por fuera".
"A ellos les salió bien su juego, pero el Real Valladolid estaba mejor posicionado y, su segundo gol, fruto de un error de concentración, hizo mucho daño", insistió, aunque destacó que, en la segunda mitad "el equipo salió bien, se metió gol, y con el 1-2 estábamos haciendo buen juego".
Pero ese 1-3, tras el fallo de Masip, "resultó difícil de superar, ya que supuso un palo y el equipo quiso vaciarse para buscar la remontada. De ahí la victoria del Leganés con cuatro goles".
Para González, el Real Valladolid estuvo "mal a balón parado hoy", en "atención y en tensión", porque sabían que ellos eran "fuertes" en esa faceta y no supieron encontrar opciones. "Luego se reaccionó y, cuando mejor estábamos, llegó ese error individual que les dio el espaldarazo definitivo".
Precisamente, respecto a ese error de Masip, aclaró que "fallamos todos y ganamos todos" y, el hecho de que haya cometido un fallo "no quita todo lo que nos da", al tiempo que reivindicó ese "orgullo, pundonor, buen fútbol y capacidad de competir" para remontar esta situación y volver a "reencontrarse".
En este sentido, mostró "confianza" respecto a que los jugadores van a superar este varapalo "con tranquilidad" y señaló que "las cosas se habían endulzado mucho y hace falta que haya tensión y no se deje de medir", de ahí que, desde ya, el objetivo sea "recuperar el equilibrio".