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EIBAR - REAL MADRID

La flor de Solari con los postes (ya van cinco) no fue suficiente

Valladolid (dos veces), Plzen, Celta y Eibar pudieron adelantarse con 0-0, pero se toparon con la madera. Pero el Eibar acabó con su racha de cuatro triunfos seguidos.

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La flor de Solari con los postes (ya van cinco) no fue suficiente

El camino de Solari como entrenador del Real Madrid marchaba muy buen hasta Eibar: cuatro triunfos seguidos, 15 goles a favor y sólo dos en contra. Una racha en la que tenía mucho que agradecerle a los postes de su propia portería, que se han revelado claramente como aliados de su Madrid: llevaba cuatro en otros tantos partidos. Y con una particularidad: siempre sucedieron con 0-0. En Ipurua se repitió: un nuevo poste con 0-0, pero no el valió a Solari para evitar una derrota contundente: 3-0. Con el palo de Ipurua, son cinco en cinco partidos.

No es un dato cualquiera, pues significa que el Madrid ha podido ponerse por detrás en el marcador hasta cinco veces y siempre se libró por centímetros, esa porción de suerte que a Lopetegui no le acompañó en absoluto durante su periplo en el banquillo blanco. De hecho, el Madrid de Solari no se había visto en desventaja en el marcador hasta Eibar, y no por falta de oportunidades.

De los cinco partidos de Solari al frente del Madrid, sólo ha dejado de recibir disparos al poste en el primero, en Melilla (0-4). En el resto, siempre le sucedió: dos veces contra el Valladolid (Alcaraz y Villa), una ante el Viktoria Plzen (Nacho en propia portería), otra ante el Celta (Roncaglia) y la última, en Ipurua ante el Eibar: voleón de Kike García que tocó en el poste, también con colaboración de Courtois, que despejó con la yema de un dedo cuando el balón ya se colaba.

Enrich: palo... y gol

De algún modo, el segundo gol del Eibar fue el símbolo del fin de esta suerte: Enrich disparó desde la frontal, su chut tocó en el poste derecho de Courtois... y acabó dentro. A punto estuvo Solari de salvarse otra vez por centímetros, pero en este caso el balón fue a la red, preludio del tercer tanto del Eibar y una derrota que pone en jaque la confianza acumulada en los cuatro últimos choques blancos.