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LEGANÉS

El día que el Alavés alimentó los sueños de Primera del Leganés

El primer liderato de los pepineros en Segunda se logró tras un triunfo contra los vitorianos. Aquella victoria blindó la confianza en el ascenso. En Primera, rival talismán: nunca se ha perdido.

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El día que el Alavés alimentó los sueños de Primera del Leganés

El viernes el Alavés visita Butarque. Contra los vitorianos comenzó todo. El sueño del Leganés por convertirse en un equipo de Primera. El camino que puso a los de Garitano en la élite. Sucedió el 28 de febrero de 2016. Aquella mañana de domingo, con los pepineros aún en Segunda, el equipo alcanzó por primera vez el liderato de la categoría y comenzó a creer que la gesta era posible. Que el Leganés podía ser de Primera. 

El Lega venció ese duelo que le medía al equipo que sustentaba justo antes de la disputa del duelo el primer puesto. El Alavés de Bordalás daba miedo. Equipazo. Pero los madrileños vencieron. Y fueron superiores. Muy superiores. 

Resultado: 2-0. Rompió el hielo Rubén Peña tras una gran jugada, caño incluido. Borja Lázaro hizo el segundo dentro del área, a la media vuelta. Ambos ya no están en el club. De hecho, no llegaron a jugar si quiera con el Lega en la élite. 

Legamanía y rival talismán 

Fue un liderato clave. Aumentó la confianza y reforzó el mensaje de Garitano, que por primera vez abandonó el discurso de la permanencia por el del ascenso. También se desató la Legamanía. 

Butarque se llenó aquel partido y los periódicos lo hicieron con noticias que hablaban de un milagro en blanquiazul para un equipo que hacía solo dos años aún jugaba en Segunda B. Y todo por ganar al Alavés. 

Son los vitorianos, por cierto, equipo talismán para el Leganés. No solo por lo que pasó esa mañana de febrero, sino por lo que ha ido llegando después. En Primera los pepineros jamás han perdido con los vascos. Tres empates y un triunfo madrileño es el balance con el que se llegará al partido del viernes. 

Una final para el Lega, que necesita vencer si quiere meterse un atracón de oxígeno con el que permanecer en Primera. Trascendencia máxima. Como esa mañana de liderato desvirgado en Segunda con la que comenzó todo.