Valencia: Peter Lim pregunta qué le pasa al equipo
El dueño de la entidad transmite confianza pero también lógica preocupación. La pitada de Mestalla ya ha llegado a Singapur.
Anil Murthy respiró algo más tranquilo cuando el Valencia ganó en Anoeta. Lo hizo porque aquella era la primera victoria (y única hasta la fecha descontando el de Copa, ante el Ebro) y porque dos días después tenía cita en Manchester con Peter Lim. Y claro, siempre es mejor ver al ‘jefe’ si está de buen humor. Aquella semana el propietario de la entidad incluso estuvo en Valencia reunido con Mateu Alemany y Marcelino y lo que vio contra el Barcelona le gustó. Parecía que el Valencia recuperaba el pulso competitivo y Lim se despidió de todos ellos hasta diciembre, cuando regresará por Mestalla para el duelo ante el United. Pero desde entonces los resultados han ido a peor, consumándose ante el Girona la primera derrota en casa, y Lim busca al otro lado del teléfono respuesta: "¿Qué le pasa al equipo?".
Anil Murthy vivió el sábado su primera pañolada en Mestalla como presidente y las protestas de la grada de Mestalla son poco del agrado de Lim, que desde la distancia de Singapur suele reaccionar cuando éstas se repiten (Nuno o Layhoon Chan dan buena cuenta de ello).
El dueño del club, a día de hoy, transmite confianza a sus interlocutores. Cree en el proyecto y en sus actores. Lim entiende que el problema del Valencia es coyuntural, aunque está preocupado porque llegados a noviembre el mal aún no tiene cura y la Champions está cada vez más lejos.
Los 11 puntos de 33 posibles no son números de aspirante a estar entre los cuatro primeros clasificados. Y eso es para el Valencia casi más una obligación que un objetivo, al menos en términos económicos. Lim recuerda que el plan que se trazó en los últimos dos veranos para recuperar el nivel competitivo se cimentaba en asegurarse los ingresos por competir en Champions y a su vez en la venta de futbolistas. Y si falla un pilar, el peso recaerá por completo sobre el otro, más tras tres años acumulando pérdidas. De ahí su preocupación, aunque su confianza en el proyecto de Marcelino se mantiene intacta.
Pablo Longoria no es un hombre al que le agraden los focos ni el protagonismo. Ayer tampoco buscó la foto fácil. Sin embargio, AS cazó el momento de la conversación con Marcelino, la primera desde la derrota ante el Girona con la consiguiente pañolada del respetable.
Longoria escenifica el apoyo
Longoria es un hombre de confianza de Marcelino y una pieza clave en el proyecto que capitanea Mateu Alemany. Por eso, ayer escenificó el apoyo a una plantilla y a un cuerpo técnico que andaba algo contrariado tras realizar un buen partido ante los gerundenses pero no conseguir, esta vez, ni siquiera el empate. Director del área técnica y entrenador estuvieron conversando e intercambiando impresiones del partido durante unos minutos y después ambos se dirigieron al entrenamiento.
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