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VIOLENCIA EN EL DEPORTE

La RFEF espera atajar la violencia "con educación"

"Hay que reconocer que hay violencia en el fútbol, aunque no es la misma que hace veinte años", observa el responsable de seguridad de la Federación Española de Fútbol.

Foto de familia de los participantes en el Foro Mundial.
BallesterosEFE

Alfredo Lorenzo, responsable del Departamento de Integridad y Seguridad de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), ha declarado este lunes que desde la entidad en la que trabaja esperan atajar la violencia que existe en el deporte "por la vía de la educación", con acciones concretas que están preparando.

Alfredo Lorenzo participó en la mesa redonda 'Violencia en el deporte', que se enmarca dentro del II Foro Mundial sobre las Violencias Urbanas y la Convivencia para la Paz que se celebra en Madrid. "La RFEF ha decidido asumir la responsabilidad en el fomento de protección de los valores del fútbol, porque es inclusivo, social y una herramienta de desarrollo e integración, por lo que no podemos permanecer al margen", ha señalado Lorenzo.

"Se están creando las estructuras para trabajar en el fomento y la protección del fútbol como valor. Queremos que sea seguro, no haya violencia, y que sea limpio. Once contra once y que gane el mejor sin corrupción ni amaños", ha subrayado el miembro de la RFEF. "Hay que reconocer que hay violencia en el fútbol, aunque no es la misma que hace veinte años. Hemos pasado de violencia generalizada a episodios de violencia". Después, Lorenzo puso como ejemplo un partido reciente de Tercera que fue arbitrado por tres mujeres que estuvieron recibiendo "insultos y desprecios intolerables e injustificables".

"La falta de educación que tenemos en la sociedad existe en la grada, a veces por parte de los padres, y otras veces contra el árbitro, lo haga bien o mal. Esa otra violencia también hay que atajarla por la vía de la educación. Ese es el reto que tenemos", apuntó.

Un testimonio emotivo fue el de Raúl Sánchez Fernández, que jugando un partido de fútbol de veteranos con su equipo, el Lloreda, sufrió una agresión por parte de un jugador del equipo rival en abril de 2014. Esta agresión le produjo lesiones en las vertebras C3 y C4 y una rotura parcial de la médula que le dejaron tetrapléjico. "Fue un golpe duro que te hace ver que las cosas suceden. Pensamos que solo es a los demás, pero no", dijo Raúl, que habló de la importancia de saber que "la violencia en el deporte tiene sus consecuencias".

A raíz de este incidente, Raúl conoció a los jugadores del Espanyol y habló con ellos sobre lo que pueden suponer este tipo de acciones. "Entiendo que estás a 200 pulsaciones y no te das cuenta de lo que haces, pero igual que son profesionales para unas cosas lo deben ser para controlar sus impulsos. Les dije que se tienen que dar cuenta de que hay muchos niños que los ven y les copian sus actitudes", ha reflexionado Sánchez.

Raúl Sánchez está inmerso ahora en un proyecto junto a Guillermo Cruz, productor del documental '26 de abril: play again'. "Al principio pensé que no podía contar la historia de un amigo. Empezamos a hacer una lluvia de ideas con el fin de rodar el Camino de Santiago, pero su recuperación no fue la que esperábamos. Entonces, al hacer la solicitud para acceder a la universidad y verse frenado por el accidente, pensamos en contar la historia dentro de un documental para concienciar a la gente", explicó Cruz. 

José Luis Jiménez, sargento de la Policía Municipal de Madrid, habló en su discurso sobre las conductas de los "grupos" en los estadios de fútbol y recintos deportivos: "Hay violencia previsible que se puede atajar con técnicas de control de grupos organizados y también sabiendo cómo actuar dentro de las masas. Estas conductas se producen amparadas en el anonimato. Muchas veces conductas que en la vía pública serían reprimidas parece que en un campo de fútbol son bien recibidas y todo es carnaval", ha manifestado Jiménez, que habló sobre los planes del consistorio para intentar erradicar este tipo de actitudes.

Ana Sánchez, coordinadora del equipo Dragones de Lavapiés y representante de la ONG, y la jugadora Fhatima Shanaz Zulficar, hablaron de cómo "utilizan el fútbol como herramienta de inclusión social en el sector educativo y recreativo". Tanto Sánchez como Shanaz pertenecen a un club que consta de 150 niños de más de 35 nacionalidades que cuando van a jugar a otros campos "no son bien recibidos" y sufren "comentarios inapropiados".

Por otra parte, Juan Carlos de Pablo, representante de la Fundación Atlético de Madrid, ha apuntado que "lo más importante es la prevención en los más pequeños" y ha hablado de su apuesta por la "creación de escuelas sociales para ayudar a minorías más desfavorecidas". "El fútbol puede ayudar a que estos niños caigan en otros hábitos de vida y no sufran la droga y la destrucción", ha señalado De Pablo, que destacó que desde el Atlético de Madrid involucran a sus jugadores profesionales del primer equipo en labores de "integración y discapacidad".

El moderador de la mesa de debate, Michael Robinson, ha recordado su experiencia: en su etapa como jugador, su madre solo fue a verle tres veces en directo. "Los estadios no eran espacios para que fueran las mujeres. Era un problema social que llegó tan lejos que en 1985, en Heysel, murieron 38 personas. Fue entonces cuando la UEFA dijo que durante varios años no podían competir los ingleses en torneos continentales. Eso supuso un cambio grande en el fútbol", ha dicho Robinson.