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Gatillazo en el peor momento

Tampoco se puede ganar siempre. Pero no ganar así... escuece. Por decirlo suave. En el último suspiro se te va un partido que tenías en el bolsillo. Un partido de oficio. De solera. Sin hacer demasiado. Con un gol en propia puerta. Y con el Villarreal fallando ocasiones cantadas. Salir triunfante así... ¡olé tú! Por eso tampoco hay que hacer sangre. Ni mucho menos. Ya cogerá Paco por banda a quién tenga que coger. El cabreo que tenía tras el empate era de los buenos. Y con razón. Pero tampoco se puede ganar siempre. Es verdad.

Otra cosa es que el gatillazo llegué en el peor momento. Cuando lo tienes todo para rematar la faena. Orejas, rabo y puerta grande. Y te tienes que ir con la cabeza gacha porque sabes que la has cagado. Una pena, no un fracaso. Una lástima, no una catástrofe. Un error. Un pecado. No mortal, pero grave. Duele. Por decirlo suave, también. Pero mañana saldrá el sol y el Levante se seguirá viendo arriba entre los mejores. Y, sobre todo, un poquito más cerca del objetivo.

Eso sí. Que el bajón final no pase por alto ciertos detalles. Masterclass de José Campaña. Para enmarcar su jugadón en el gol azulgrana. Soberbios los tres centrales. Prácticamente impecables. Como también Oier, portero que vuelve a dar puntos a su equipo. Que pena no aguantar dos minutos más...