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ATLÉTICO DE MADRID

Correa está poniendo en un aprieto a Lemar

El argentino, en 170 minutos de juego menos que el francés, exhibe un peso en el juego incluso mayor.

Correa está poniendo en un aprieto a Lemar
Rubén AlbarránPRESSINPHOTO/GTRES

Correa no se conforma con la etiqueta de revulsivo. Al argentino, recién renovado, no le complace en exceso eso de que saliendo desde el banquillo ofrece su mejor versión. Si tiene que hacerlo, lo hace, y bien, pero sus aspiraciones son otras. Ni los fichajes de, primero, Vitolo, ni después de Lemar le han inmutado. A falta de que el canario vuelva a tener minutos, el argentino está poniendo en un aprieto al francés, la incorporación más cara en la historia del Atlético. Contra la Real, a tiempo completo, Correa volvió a ser ese elemento capaz de salirse, por momentos, de la línea monocorde del ataque del Atlético. Es la pimienta en el módulo de la clásica medular del Cholo con tres mediocentros y un volante vertical. Atendiendo a los números comparados con los de Lemar, y tirando por lo alto en el caso del francés ya que uno de los dos goles del Coliseum podría anotarse como en propia puerta, igualan a dos tantos y dos asistencias. Correa, por su parte, suma 25 regates buenos, dos más que Lemar. En cuanto a pases buenos el francés ha completado bastantes más, 393 por 231 del argentino y ha recuperado cinco balones más, 46 por 41 de Correa, pero hay que ponerlo en la perspectiva de que el ex de San Lorenzo ha jugado 172 minutos menos. Así que su peso, podría decirse, es mayor. Al menos su impacto en menos minutos.

Los inicios de Lemar han sido prometedores, pero aquello que utilizó Simeone para explicar el porqué Koke y Saúl tienen más presencia que Rodrigo —"llevan conmigo siete años"— puede empezar a valer también en el caso de Correa y de Lemar. El argentino juega sobre el alambre sin disimulo. Perder una pelota en campo rival intentando maniobrar entre rivales no le inquieta en absoluto. Para eso está, para afilar el juego del Atlético, para infiltrarse donde otros no saben. Se le suele valorar según su cuota de éxito, pero hace unos días, en un entrenamiento, el propio Simeone resumía con un grito lo que prefiere. "¡No importa perder una pelota, lo que importa es la actitud para recuperarla!". Y ahí Correa también le da. Ha asimilado, a veces en exceso, el corsé cholista, quizá le ha costado tarjetas de más, pero se ha mentalizado. No es que Lemar no lo intente, pero lleva su tiempo. En Dortmund o contra el Betis pareció desorientado. Sin su ración de balón, le cuesta todavía perseguir y ahogar, entender los tiempos para no llegar tarde. Vitolo ya lo había cogido, pero el canario tuvo, de nuevo, la mala suerte de que una lesión frenara su irrupción. Ahora Lemar tiene que hacerlo porque Correa no espera. El argentino ha tenido muy buenos momentos contra el Huesca, la Real, en Mónaco o incluso en Mestalla.