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REAL VALLADOLID

Hernán Pérez y Mario Hermoso vuelven a Zorrilla

Los dos jugadores, afianzados en Primera, tenían asegura su continuidad en el Valladolid si sus equipo hubieran ascendido

ValladolidActualizado a

Otro de los datos previos al gran partido de hoy es la vuelta de dos jugadores que vistieron la camiseta blanquivioleta en momentos complicados. Tanto Hernán Pérez como el madrileño Mario Hermoso conocen bien el estadio Zorrilla y hoy vuelven completamente asentados en Primera y con la oportunidad de salir como líderes de la categoría. Se da la circunstancia de que ambos, fichados por Braulio Vázquez, tenían en sus contratos asegurada la continuidad por dos años, si sus equipos hubieran conseguido el ascenso.

Después de haberse formado desde los 11 años en las categorías inferiores del Real Madrid y de sorprendentemente no haber entrado en los planes del Castilla de Zidane en la 2014-15 el Valladolid se arriesgó con la cesión del un futbolista joven, pero sin experiencia para un lateral izquierdo en el que lucharía por la titularidad con el canterano Ángel. En aquel equipo dirigido por tres entrenadores Garitano, Portugal y Alberto López también estaba Mojica, uno de los que salvó de la quema, pero, aunque en alguna ocasión jugó de lateral, la mayoría de su participación fue desde el extremo zurdo. Hermoso tuvo críticas, como todo el equipo en un año para olvidar, pero dejó huella de sus condiciones físicas y un buen disparo jugando 31 partidos, 30 de ellos como titular, alguno de ellos ya como central. Al finalizar el curso volvió al Real Madrid firmando un buen año en el Castilla para firmar un contrato de tres años con el Espanyol, donde se ha afianzado en Primera y como central. Ahora mismo es susceptible de dar un paso grande en su carrera.

La situación de Hernán Pérez fue distinta. Llegó en el mercado invernal en la temporada 2014-15 precisamente con Rubi, su actual entrenador, en el banquillo vallisoletano. Braulio Vázquez se arriesgó con una cesión de un futbolista que estaba en la última fase de la recuperación de una larga lesión de cruzado. El paraguayo fue el mejor en la recta final de un equipo que se fue desinflando para morir en la orilla del ascenso. Jugó 12 partidos y anotó tres goles.