Liga As/Fútbol 7
Paco Diez: "Tomé la idea de los patios del colegio y la adapté"
El presidente de la Federación Madrileña de Fútbol fue el inventor del Fútbol 7, modalidad en la que se jugará la Liga As, que empieza el próximo día 25.
¿Cómo surgió la idea de crear el Fútbol 7?
En el patio del colegio veías que, en los recreos, había quinientos partidos. Unos a lo ancho, otros a lo largo… y lo bueno es que los chavales nunca perdían el balón, pero aquello había que regularizarlo un poco. Además, en aquella época no había apenas fútbol 11 entre los más pequeños. La categoría benjamín no existía y en los alevines… yo veía que, entre los chavales, tocaba el balón uno, la pelota se iba al otro lado del campo y el chaval se ponía a hacer castillitos en la arena del campo. “Así no formamos jugadores ni son participativos”, pensé. Y los chavales fueros los que me dieron la idea, viéndoles. Decidí acotar en dos o en cuatro campos. Para las porterías medí a los alumnos con los brazos abiertos y cotejé si llegaban al palo. Empezamos con las porterías de fútbol 11 y fuimos achicando. Porque resulta que las porterías tan pequeñas no existían, así que tenía yo a un señor de mantenimiento y le convencí para que me soldara unos tubos que había por ahí. Luego no tenían redes, así que las que les poníamos, que venían de las grandes, sobraban por todos lados. Llevamos la línea del fuera de juego a una distancia más lógica que el centro del campo. ¿Balones? Al segundo año logré unos balones del tamaño adecuado y engañé a un amigo para que me hiciera uno.
Seguro que muchas veces le han dicho eso de que usted es un loco o un visionario.
¿Loco? Bueno, yo llevo mucho tiempo en la Federación y algunos compañeros me decían “el del Fútbol 7”. Muchos, cuando aprobé la categoría alevín, me decían que si estaba loco, que era un gasto innecesario, que si los iba a poner a jugar con los pañales, que no servía para nada… Algunos dijeron eso y luego corrieron a subirse al carro.
¿Cómo fueron los primeros pasos deportivos del Fútbol 7?
Los primeros campeonatos que se hicieron fueron en Brunete, de federaciones autonómicas, territoriales. Allí estuvieron muchos jugadores del Real Madrid o del Atleti, por ejemplo, que luego fueron profesionales. Los medios que se tenían, para vestimenta y todo eso, eran escasos. Se hizo dos años y luego hubo una división entre un órgano y otro: ellos pasaron a los torneos de clubes. Yo ahora me llevo muy bien con gente como José Ramón de la Morena y hay que reconocer que aquello nos dio un impulso. Después, la Federación Española lo extendió, pero es curioso: cada territorial lo fue haciendo por su cuenta, hasta que la propia Española hace unos años planta el campeonato de España Sub-12. A partir de ahí, se puede decir que se exportó a todos sitios.
¿Por qué siete jugadores y no cualquier otro número similar?
Muy sencillo: si tú colocas dos campos en paralelo, uno con siete contra siete y otro con ocho contra ocho, ves que en el segundo hay jugadores que se estorban. Lo bonito del Fútbol 7 es la fluidez, el toque del balón. Y luego la salsa del fútbol es el gol: si tú pones ocho chicos, hay menos goles; si pones siete, hay muchos.
¿Cuándo nota, como creador de la idea, que su invento ha explotado y está creciendo de manera inabarcable?
Yo empecé en el Colegio Valdeluz y allí estábamos diez equipos. Al año siguiente, hice otra liga en Puerta de Hierro, ahí donde el Parque Sindical, que hacía un frío de muerte. Después, hice una en San Vicente de Paúl, porque iba de sitio en sitio, poco menos que mendigando los campos. Y no teníamos porterías, porque las del Valdeluz estaban hechas por nosotros mismos. Así que yo pedí permiso, me fui a un cerrajero de Las Rozas y, con un camión, las llevábamos de un sitio a otro. Al año siguiente, salió Casarrubuelos y entonces ya pensé yo que aquello era distinto. En tres años, teníamos doce sedes (que es donde juegan todos, en campo federativo, sin local ni visitante). En cuatro años, veintidós. Ahí fue cuando yo pensé: “Paco, esto se te ha ido de las manos”.
¿Y cómo fue ese desarrollo?
Empecé a ver a técnicos de equipos. “¿Estos a qué vienen, a ver jugadores?”, pensé. El Real Madrid ya estaba allí con un ojeador los fines de semana, el Atleti también…nía Mucha gente me llamaba para que le explicara cómo iba esto. No tenía reglamento como tal, lo hice yo, y lo tengo además en casa, hecho con corta y pega de recortes, como un collage, tal y como era antes. Y te pedían el reglamento y, sobre todo, las medidas. Y ya empecé a ver, de pronto, que las siguientes porterías no había que encargarlas a un cerrajero, que ya había empresas que las tenían. Entonces supe que eso se me había ido de control. Había unas licencias provisionales que hacía yo, sobre el año 91, y se fueron incorporando equipos, se fueron estableciendo sedes, fuimos haciendo un poquito mejor el reglamento y la competición. Y creo que yo fui el impulsor o el creador del fútbol como pudo haber sido otro. ¿Satisfecho? Por supuesto. Satisfecho e ilusionado. Pero no os puedo negar que soy muy mal empresario porque, si hubiera hecho la patente del Fútbol 7, en este momento sería millonario.
¿Qué recuerda de aquel primer partido de la historia del Fútbol 7?
Una emoción total. Me acuerdo de la ilusión que tenían los niños como si la estuviera viendo. Y alguno de esos chicos ha llegado a ser profesional, como Diego Mainz, ex del Rayo y del Granada, que fue alumno mío. Y muchos más. Además de la ilusión, recuerdo el descontrol, que fue total. Pasaba cualquier cosa y el chico al que le tocaba arbitrar se giraba y me miraba con cara de “qué hago, qué pito”. Me acuerdo de que le pinté la línea de trece metros para el fuera de juego y le planté hasta un cono para servir de guía. Pero allí todo el mundo opinaba de todo. Y después recuerdo que les hacía repetir mucho el saque de banda, porque saltaban y tal. E iban todos detrás de un balón desordenados, pero al cabo de meses ya se veía una evolución. Somos muchísima gente la que colaboró, compañeros míos de colegio, padres que se ofrecieron voluntarios… Ni yo mismo sé cómo ha llegado a donde ha llegado el invento. Ni me lo imaginaba. Así que a todos los que hayan colaborado a esa expansión, solo puedo agradecérselo.