El Almería hurga en la herida de Las Palmas
Los canarios acumulan tres jornadas sin ganar y sin marcar, y quedan a siete puntos del Málaga. Marcaron Narváez, Juan Carlos y Lemos en propia puerta.
Suavemente, Las Palmas se desangra. Esta tarde ni siquiera puede agarrarse a la desastrosa actuación de Iglesias Villanueva y sus linieres, que le anularon dos goles de manera surrealista. El Almería, metódico equipo, bien plantado siempre, titánico esfuerzo el suyo, se queda con tres puntos y la sensación de considerarse, por pleno derecho, favorito a subir a Primera División.
Entre dos equipos como Almería y Las Palmas, tan intensos en su juego como a veces imprecisos en su ejecución, solo se podía esperar un partido de toma y daca. Pasaron muchas cosas en una y otra portería, acaso mediatizadas las más importantes, especialmente en el primer tiempo por la desastrosa actuación de Iglesias Villanueva y sus linieres. Así, en el minuto 9, todo el mundo salvo ellos tres, sin apenas obstáculos de visión, vio un claro de fuego antes de que Narváez, a placer y ante la pasividad defensiva amarilla, hiciera el 1-0.
No se arrugaba Las Palmas, tampoco el Almería, por lo que ambos conjuntos ofrecían un delicioso partido. Pudo marcar Maikel Mesa tras un pase de Araujo, pero en vez de darle el pase de la muerte a Rubén quiso superar a René, que atajó su envenenada vaselina.
En un juego de toma y daca, otra vez Iglesias Villanueva, una rémora para ambos equipos, fue protagonista al anularle el empate a Fidel tras un discutido fuera de juego, misma jugarreta que le hizo, esta sí indiscutible, a un cabezazo de Maikel Mesa cuando se acercaba el descanso.
Tras el paso por el vestuario, busco Jiménez dar un golpe de timón con el doble cambio que dio con Blum y Tana en el césped, pero apenas se notó. Cierto es que Las Palmas se hizo con el cuero, pero las dagas del Almería pinchaban cada vez con más fuerza, como ese zurdazo de Juan Carlos, tras superar a un inmóvil Mantovani, para hacer el 2-0 y cerrar el partido. Después, el gol en propia puerta de Lemos no hizo sino hurgar con fuerza en la herida grancanaria.
A tirones, como durante toda la temporada, quiso Las Palmas recortar distancia, pero cualquier esfuerzo era estéril. El Almería, bien plantado, justo premio a su titánico esfuerzo, supo contener las ansias de gol de la UD, que acumula ya tres partidos sin ganar y sin marcar.
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