Saúl: "Puse en peligro mi propia salud por defender el Atlético"
El centrocampista lo confiesa en un amplio reportaje que le dedica la revista francesa 'So Foot'. Aquel golpe en Leverkusen. Y cómo el Mono Burgos fue clave en esta historia.
"Tuve que poner mi propia salud en juego por defender los colores del Atlético de Madrid". La frase es de Saúl Ñíguez y vuelve a recordar uno de los peores momentos de su carrera deportiva: aquel golpe de Papadopoulos que recibió en el riñón en el partido de ida de los octavos de final de la Champions League 2014-15. Le dejó secuelas durante meses ("sangraba después de cada entrenamiento y partido") y pudo ser aún peor sin la mediación del Mono Burgos.
Así al menos lo revela el padre del jugador, José Antonio, conocido como Boria, histórico del Elche en la década de los ochenta, en un amplio reportaje que le dedica la revista francesa So Foot. Al completo se publicará en los próximos días, pero se ha filtrado ya un adelanto y gira alrededor de aquello, Leverkusen, el riñón, Saúl en el suelo, las secuelas. Y Germán. Porque Saúl pidió que le extirparan el riñón y fue el segundo de Simeone quien intercedió para que no lo hiciera.
"Íbamos en la ambulancia al hospital y Saúl, llorando, me dijo que no sentía sus extremidades". Su padre jamás le había visto así, en ese estado. Saúl prefería perder un riñón que tener que dejar de jugar a fútbol. "Me dijo que estaba preparado para que le quitasen el riñón. Pero Germán le convenció para que no lo hiciera". Fue con las siguientes palabras, según recuerda Boria. "No te lo quites. Después del fútbol te queda una vida entera por delante', le decía". Y Saúl le hizo caso. No se lo quitó. En ese riñón ya sufría un problema congénito.
Después, cuando terminó todo, cuando se recuperó, el futbolista se tatuó en la piel aquel dolor para no olvidarlo nunca. Y que ayudara siempre a crecer. "La fuerza no proviene de la capacidad corporal, sino de la voluntad del alma", dicen unas letras en su muñeca. Esas que se besa cada vez que marca un gol.
