El Barça blinda a su plantilla para evitar otro 'Caso Neymar'

La de Sergio Busquets es la última de las renovaciones del Barcelona que conllevan, además de un incremento salarial y de temporadas en el club, un aumento de la cláusula de rescisión. La del centrocampista ya era alta, de 200 millones, pero ahora pasa a ser de 500 millones de euros por si algún club con mucho dinero estaba decidido a tentarle.

Y es que el Barcelona no quiere que ocurra otro 'Caso Neymar', ya que en aquel momento pensaban que nadie abonaría los 222 millones de su cláusula de rescisión hasta que el PSG apareció en escena. Desde la pérdida del brasileño, el club se ha ido cuidando de que la libertad de todos sus jugadores se pague cara y así espantar a los más grandes de Europa.

Tanto es así que además de Munir, Samper y Aleña, cuyas cifras no han trascendido, solamente hay cuatro futbolistas con una cláusula inferior a los cien millones de euros: Jasper Cillessen (60 millones), Thomas Vermaelen (80 millones), Denis Suárez (50 millones) y Rafinha (75 millones). Obviando los tres jugadores mencionados antes (Munir, Samper y Aleñá), comprar a todos los jugadores azulgrana costaría 5.600 millones de euros.

Como es de esperar, la más alta de la plantilla es la de Leo Messi, establecida en 700 millones de euros, pero el club azulgrana se ha ocupado de que los nuevos cracks de futuro que vayan llegando lo hagan para quedarse a menos que el Barcelona decida fijar un precio: Philippe Coutinho valdría 400 millones, los mismos que Ousmane Dembélé, Arthur o Malcom, mientras que Arturo Vidal y Clement Lenglet no saldrían por menos de 300 millones a menos que el club quiera. Aún así, parece que llegarán más renovaciones, entre ellas la de Ivan Rakitic (125 millones), que declaró que "esperaba un detalle" de su equipo cuando declinó en verano la oferta del PSG.

Esto le da libertad para confeccionar una plantilla a largo plazo, sabiendo que nadie se va a marchar a última hora sin permiso de la directiva. A la vez, será más fácil convencer a más jugadores de que vengan, porque tendrán claro al lado de quién jugarán desde el primer momento y además, podrán tener el control de todas las negociaciones exigiendo el precio que estimen oportuno cuando quieran dejar salir a alguno de sus futbolistas. En resumen, el Barça ha hecho una inversión en contratos que debería darle beneficios a largo plazo, aunque no sean económicos.