Fornals fue The Best en Bilbao
Metió un derechazo desde 40 metros y el Villarreal abrumó en San Mamés a un Athletic sin chispa en los metros finales.
En la semana del The Best, Fornals se graduó como futbolista dentro de los otros jugadores, los humanos, que por unos instantes, al menos por sus 90 minutos en San Mamés, podrían sacar codos para hacerse un hueco en ese rancho privado de las grandes estrellas. Su partido fue soberbio, bien lo podría firmar Modric en una de sus tardes de acunar la pelota. Metió un golazo que se recordará en el nuevo San Mamés durante muchos años. Pasó la divisoria de ambos campos, evitó la vigilancia del personal y ajustó una parábola con un derechazo desde 40 metros hacia el hueco preciso en el que no podía llegar un portero de la envergadura de Unai Simón.
Era el minuto 65. Antes ya había dejado señal de que estaba para el arte, que es un fenómeno en los cambios de ruta. Así, hizo una virguería junto a la línea de fondo pasándose el balón de pierna amagando hacia un lado y apurando el campo hacia el otro que rompió la cintura de todo un experto internacional como Iñigo Martínez. Y al filo del descanso, lanzó en el área un tiro envenenado tras descargar Gerard Moreno un pase preciso que tuvo que atajar en paradón Unai Simón. El 0-1 dejó para el arrastre a un Athletic que a partir de ahí lo consintió todo. Por ejemplo otros dos goles, de Funes Mori y Ekambi. ¿No llega el físico o la moral en los leones?
Las señales que emiitía el partido eran evidentes. El Athletic se sabía bien la travesía hasta el último tercio de campo, pero ahí naufragaba. Se encontraba con un equipo bien armado, con las líneas juntas, y le costaba encontrar espacios y circular la pelota con rapidez. Se mueve bien en esos esquemas Muniain y fue apareciendo para dañar la carrocería amarilla, pero las ideas estaban oxidadas en las cercanías del área. Lo cierto es que en los primeros 45 minutos, no tiró a puerta ni una vez. El Villarreal, equipo muy forastero que se comporta en la distancia con la naturalidad de estar en zapatillas de casa. Parece mentira, lo que tiene que escuchar en La Cerámica, donde le tienen casi por un equipo garrafón, y lo que se adecenta fuera. Frente a lo que hacía el Athletic de tocar y tocar sin profundidad, el Submarino era más decidido, se dejaba de retórica y tiraba de verticalidad. No es para menos con balas como Bacca y Moreno. Y claro, con un genio como Fornals.