Marcó uno de penalti y el segundo de puro ‘nueve’. Montoro recortó en el 90’ con una gran falta. Primera derrota del Granada y pleno del Deportivo en Riazor: dos de dos.
El Deportivo regresaba a Riazor pleno de dudas tras su derrota en Alcorcón para recibir a un Granada lanzado e invicto. Y los coruñeses superaron con nota sus miedos. Fueron mejores en lo coral y Quique, que regresaba tras su lesión, puso lo que más cuesta: los goles. La victoria engancha a los de Natxo a la parte alta, sirve para recuperar la estima y acaba con una deuda histórica ante los nazarís, ya que los gallegos llevaban 40 años sin derrotarlos.
El duelo arrancó sin Fede Cartabia en el once del Depor, con el recuperado Quique y los roles de los equipos perfectamente definidos. Posesión y presión en campo contrario de los blanquiazules y un Granada agazapado en busca de las contras. Y el plan que se fue imponiendo poco a poco, centímetro a centímetro, fue el de Natxo. Primero avisó con candidez Carles Gil, luego le metió más pimienta al remate Vicente y más tarde el palo evitó el gol de Quique. Los coruñeses percutían, en especial por la izquierda con Vicente y un incansable y acertado Saúl, pero el Granada resistió hasta el descanso. Se fue sin probar a Dani Giménez, cierto, pero con el marcador igualado y 45 minutos más para estirarse. La paciencia, con solidez, es más sencilla.
Y en efecto, el segundo acto dibujó un partido mucho más abierto en el que los Fede Vico, Vadillo o Adrián Ramos comenzaron a aparecer para que el partido se jugase en las dos áreas. En el duelo mandaban las defensas y faltaba imaginación en los últimos metros. La alternativa era aprovechar algún error, y llegó. Álex Martínez falló en un control dentro del área, David Simón le birló el balón y la jugada terminó en penalti. Quique, en su regreso, no perdonó. No se acabó ahí su repertorio, aún quedaba lo mejor. En el minuto 77 cazó un balón en el área, lo orientó con la derecha y lo clavó al palo contrario con la izquierda. Gol de matador. La emoción sólo llegó en los últimos tres minutos gracias al golazo de Montoro, el mejor del Granada, pero ya fue tarde.
