Para sacar conclusiones de las rachas de los equipos, se acostumbra a poner las miradas sobre la portería contraria. El número de goles anotados cuando casi siempre es más interesante saber cómo de cerrada tiene su propia portería para así comenzar a evolucionar como equipo. El Cádiz de Álvaro Cervera es de esos equipos que buscan crecer desde la defensa antes que desde la zona más ofensiva del esquema. Mantener la portería a cero y esperar que arriba haya acierto.
Sus números en estas seis jornadas son más que significativos. Cuatro goles anotados y seis en contra. Un balance de -2 que argumenta el mal momento por el que pasa el equipo cadista a estas tempranas alturas de temporada. La solidez defensiva brilla por su ausencia y la falta de acierto de cara a portería en las pocas ocasiones que se crean han enviado al Cádiz a la 16ª posición. Saltan las alarmas tras el desastroso partido ante el Alcorcón y la portería busca echar el cerrojo lo antes posible.
Es cierto que, desde que el Cádiz regresó a Segunda División en 2016, sus inicios han sido complicados. Le cuesta arrancar, sobre todo a nivel de juego. En su primer año, en la jornada 6, las dudas permitían ocupar la novena plaza con ocho goles a favor y seis en contra. Un balance positivo de +2 que poco a poco se desmoronaba con el paso de las jornadas hasta que el equipo tocaba fondo y ocupaba posiciones de descenso. Una vez que se bajó el número de goles en contra, los cadistas se plantaron en playoff . El trabajo tuvo su recompensa.
Después de seis partidos del curso pasado, el equipo era segundo clasificado con cinco goles a favor y solo dos en contra. Un balance de +3 y una seguridad defensiva que hacía olvidar la falta de puntería en el área contraria. Mientras hubo solidez atrás, el cuadro de la ‘Tacita’ era aspirante a, como mínimo, jugar la fase de ascenso a Primera. Barral, Romera, Carrillo y más tarde Jona Mejía no consiguieron hacer bueno ser el equipo menos goleado de la categoría y esta sequía goleadora sacó al Cádiz de los puestos de prestigio en la última jornada.
Cervera está preocupado con la blanda imagen que está proyectando su equipo en tareas defensivas. Una baja cifra de goles a favor , dado el estilo de juego del equipo cadista, multiplica los efectos negativos de ponerse por debajo en el marcador. Arriba, el equipo lo intenta de todas las maneras, especialmente por la banda de Manu Vallejo, pero no hay puntería y abajo sufre demasiado cuando el rival comienza a acumular hombres y combinar al primer toque. Muchos aspectos que mejorar. El balance de goles, lo primero.