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REAL VALLADOLID

Malestar en el club por los fallos arbitrales y del VAR en Vigo

Ni la plantilla ni el cuerpo técnico entienden cómo se pudo dar validez al 2-0 de Maxi Gómez y no se pitó el penalti de Okay a Kiko Olivas en el 3-3 de Vigo.

ValladolidActualizado a
22/09/18 PARTIDO LIGA SANTANDER
 PRIMERA DIVISION
 JORNADA 5
 CELTA - VALLADOLID 
 
 MASIP
SALVADOR SASDIARIO AS

EI VAR venía a hacer justicia en el fútbol, pero parece que no para el Real Valladolid. El enfado en la expedición, y entre los aficionados blanquivioletas, era evidente después del partido ante el Celta por el arbitraje de Prieto Iglesias y la nula ayuda en el VAR de Undiano Mallenco. Todavía  duraba el domingo. Ya en el partido se vio a los jugadores pucelanos protestar en varias acciones. Amén del arbitraje caserísimo del trencilla navarro, tres son las jugadas por las que el Real Valladolid acabó muy enfadado con la actuación del equipo arbitral en Balaídos. La primera, la mano de Maxi Gómez en el segundo tanto del Celta. Argumentaba Prieto Iglesias que el brazo está pegado al cuerpo y que es un bloque, pero las imágenes demuestran que no es así porque el esférico no rebota, sino que Gómez se acomoda el esférico con el antebrazo para rematar. La segunda es el penalti de Okay a Kiko Olivas a la salida de un córner por agarrón. Tremendo que no lo vea el árbitro en el campo, inexplicable que no lo vean en el VAR. Iturralde González, exárbitro y colaborador de SER y AS, afirmaba el sábado que era penalti claro. Y, finalmente, Prieto Iglesias perdonó la segunda tarjeta amarilla a Juncá nada más empezar la segunda parte ante la desesperación de los futbolistas del Real Valladolid.

Con todo esto, y pese al buen sabor de boca del empate en el descuento y el buen juego desplegado, tanto el cuerpo técnico como la plantilla acabaron muy enfadados. Sergio González pidió explicaciones al colegiado y en la sala de prensa, sorprendido porque no le preguntaran por las jugadas polémicas, finalizó diciendo: “¿Hoy no me preguntáis por el VAR?”

Sorpresa. También Míchel tras el entrenamiento del domingo, quiso dejar clara su postura y la del grupo, esta vez sí, preguntado por los periodistas: “Nada más ir al vestuario, tu gente, tu familia, te avisa diciendo que lo miremos, ¿no? Lo miramos y es verdad que es llamativo. Nosotros tratamos de sacar la perfección para la ayuda a los árbitros porque es un trabajo muy difícil. A lo mejor dos ojos no lo ven en un momento, pero hay más ojos fuera del campo los cuales tienen que ayudar al árbitro. Ayer sí que es verdad que hay acciones muy polémicas en las que ni se para, ni se ve y lo dan por buena. La verdad es que nos llama la atención porque el penalti a Kiko es clarísimo y yo lo veo desde el córner porque lo estoy lanzando. El árbitro lo tiene que ver, pero en la tele más aún. No entiendo por qué no se para y se ve y dictaminan algo. Nosotros no podemos hacer nada. Tenemos que dedicarnos a jugar en el campo. El árbitro es el que manda. A veces ayuda y a veces no y ayer (por el sábado) no nos ayudaron. Esperemos que no vuelva a ocurrir”.