Salió el Girona al césped de Montilivi como tantas otras jornadas en las últimos tiempos. Con defensa de tres, con Stuani y Portu arriba y con dos carrileros. Su estilo de siempre, que le valió para superar al Celta. Con una efectividad sobresaliente y un Stuani en estado de gracia, cada vez que el Celta apretó a los locales estos respondieron con un gol.
El Girona jugó la primera parte a rachas, cortas e intensas, en las que encerró al Celta. No fue constante, ambos equipos tuvieron alternativas, pero fueron los catalanes quienes se llevaron mayor premio al descanso. Tras un inicio fulgurante, en el que un Portu revolucionado se asoció bien con Pedro Porro, el Celta se asentó en el partido. Encontró a Pione Sisto por dentro, Beltrán y Lobotka superaron a Douglas Luiz constantemente y forzaron varias imprecisiones de los centrales del Girona. Pero apareció Stuani. No había hecho mucho hasta ese momento, pero la primera que tuvo la remató a gol. Exactamente igual que Iago Aspas: su único disparo fue una falta directa al fondo de la red. El empate, sin embargo, no duró mucho. El Girona tuvo ayer el don de la oportunidad y, cada vez que lo pasó mal en el partido, marcó. Granell sirvió un córner al corazón del área que conectó Alcalá en una jugada de pizarra. Dos minutos le duró la alegría al Celta.
Tras el descanso Toni Mohamed movió al equipo. Pasó a defensa de cuatro, controló el centro del campo y arrinconó al Girona. Alejó la defensa de su área, asumió riesgos y lo acabó pagando. Porro olió sangre al ver a Roncaglia fuera de posición y sin claridad para encontrar el pase, robó el balón y armó una contra con Portu que remató Stuani. El uruguayo, que mantiene su idilio con Girona, decantó el partido en dos acciones. El 3-1 noqueó al Celta durante varios minutos antes de recomponerse. Empezó a rondar la portería de Bono con centros laterales y acabó encontrando su premio: Beltrán colgó el balón al segundo palo para que Boufal la empalmara a gol. La reacción, sin embargo, fue corta: entre lesiones, pérdidas de tiempo y la expulsión de Cabral se esfumó el descuento.