El Zhar, torpedo eficaz del Leganés ante la amenaza amarilla
Al marroquí se le da bien marcar contra el próximo rival pepinero, el Villarreal. El curso pasado le hizo dos goles (golazos) de los tres que marcó en total. Está en un gran momento.
El Villarreal visita Butarque y el Leganés lo espera puliendo su torpedo más eficaz. Nabil El Zhar es el futbolista que mejor sabe penetrar el casco del Submarino Amarillo en eso de hundir el navío de Calleja. Sea en Madrid. Sea en Castellón. El extremo pepinero mantiene un magnético idilio con el gol cuando lo que ve delante son camisetas grogues. Amenaza que espera mantener en este curso que ha empezado fuerte. Es el mejor del arranque de temporada para los madrileños con dos dianas. A una de las de la temporada pasada.
Entonces el franco-marroquí anotó tres goles en todo el curso. Dos fueron a los de Calleja. El primero se lo marcó en Liga. Golazo. Fue en Butarque, el escenario en el que el Leganés consiguió frente al Villarreal su mayor goleada del curso. Fue un 3-1 en el que Nabil puso el segundo de la mañana. Y de qué manera. Contra de libro, recorte en la frontal y latigazo con la zurda pegada al palo. Magistral.
Héroe copero
También marcó en Copa. Fue en octavos de final. Un gol que valió un pase histórico. Jamás los pepineros habían superado esa ronda en el torneo del KO. Esta vez lo consiguieron tras vencer en la ida (1-0) y sobrevivir en la vuelta (2-1). Esa noche en La Cerámica hubo dos héroes. Uno portaba guantes. Nereo Champagne, arquero argentino ahora en el Oviedo, lo paró (casi) todo.
El otro jugador con capa y superpoderes fue él. Nabil. Y como no le gusta eso de marcar goles feos, decidió repetir obra maestra, pero esta vez con más dosis de seda. En otra contra acelerada similar a la liguera la puso de vaselina en el interior de la red, dejó helado al estadio amarillo y, de paso, metió a los suyos en la que luego sería ronda histórica contra el Real Madrid. La del Pepinazo.
Inicio espectacular
Eso es pasado. Y a El Zhar lo que le gusta es el presente. Aunque sea mentiroso. Aunque se empeñe en mostrar una edad vaporosa. Viéndole correr, presionar, fintar y desbordar, nadie se creería que luce 32 primaveras.
Su juego juvenil es un brote de esperanza en medio del mal arranque de Liga de un Leganés que se aferra a sus cabriolas y puntería para soñar con un reflote rápido. Inminente. A ser posible, ya mismo. Ante el Villarreal. La víctima favorita a la que gusta hundir el torpedo del Leganés: Nabil El Zhar.