La eliminación copera ahonda en la crisis del Nàstic
El conjunto dirigido por José Antonio Gordillo lleva un solo punto, conseguido en la primera jornada, y cuatro derrotas consecutivas.
Cierto es que hablar de ‘crisis’ a las puertas de la quinta jornada de Liga parece un poco exagerado, pero la situación en Tarragona es del todo menos tranquila. El equipo es colista con un solo punto, ha sido ya eliminado de la Copa del Rey y acumula cuatro partidos consecutivos perdiendo.
Un arranque pésimo que, además, no solo se refleja en los números: las sensaciones que está dejando el Nàstic en estas derrotas son malas, habiendo sido completamente superado por sus rivales en cada encuentro y mostrando una fragilidad defensiva difícil de explicar. Además, la efectividad arriba está faltando.
Tras caer el miércoles en Copa, Gordillo habló en la sala de prensa y su discurso se pareció demasiado al de los anteriores partidos. Hubo autocrítica, sí, pero también quiso destacar las cosas positivas que hizo su equipo: “Jugamos una primera mitad que no fue buena, no fuimos los de otras ocasiones. No estuvimos bien con pelota y no supimos defender bien. Sin embargo, hicimos una buena segunda parte en la que merecimos más, pero no pudo ser”.
El equipo debe olvidar lo más rápido posible este varapalo, y es que el sábado se miden a Osasuna, un rival de envergadura.
Un inicio calcado al del curso pasado con Carreras
Un empate, tres derrotas y eliminados de la Copa en la segunda ronda. Esta película ya la han visto los aficionados grana, y la recuerdan perfectamente. El equipo ha calcado los números de la temporada anterior, con Carreras en el banquillo, en la que el inicio fue también muy mejorable. Tanto, que exactamente en la situación en la que se encuentra hoy Gordillo fue destituido Carreras. Es evidente que los resultados tuvieron su peso, pero en el adiós de Carreras influyeron más factores. Principalmente, su nula sintonía con la dirección deportiva.
El Nàstic tenía (y tiene) como objetivo para este curso buscar la tranquilidad, la estabilidad de la que no ha disfrutado los años anteriores. Gordillo se sentará el sábado en el banquillo del Nou Estadi para dirigir el partido ante Osasuna, pero su futuro es incierto. Si el equipo gana y remonta el vuelo no habrá ningún problema (la dirección deportiva confía en el técnico) pero una derrota ante Osasuna le dejaría en la cuerda floja. No solo sería la quinta seguida, sino la segunda en casa y la confirmación de que a este equipo le cuesta un mundo sacar adelante los partidos.
