La esperanza es lo último que se pierde con Tana
Cambió el partido ante el Zaragoza. En breve se anunciará un especial renovación de su contrato con la Unión Deportiva Las Palmas.
Tana conserva ese aire pícaro, mágico su juego, descarado e imprevisible cuando está enchufado, peligrosamente irregular, de aquel pibe que deslumbró en Brunete. Alcanzó el cénit con Setién, protagonista como lo fue en aquella mágica tarde del Bernabéu, pero en el club siempre anidó la sensación que estaba perdiendo fuera del césped lo que podía ganar sobre él. El propio Tana pidió este verano su salida, consciente de que un año en Segunda División podría lastrar definitivamente su carrera y derrumbar su cotización, la cual se tambaleó tras el decepcionante último curso, a todos los niveles, en Primera. Tanto fue así que pidió una salida a Las Palmas, que no recibió ofertas por un jugador con una rescisión de 30 millones y al que no pretendía malvender.
En ningún caso presionando más allá de lo debido, cuentan testigos de la pretemporada amarilla que Tana se ejercitó como el que más desde el primer día de trabajo con Manolo Jiménez. Se impacientaba el sevillano, pues entendía que había que buscar pronto una solución para un futbolista al que considera imprescindible.
El tiempo le ha dado la razón. “Voy a trabajar mucho para que sea el jugador que marque la diferencia en el campo. Si quiere, le voy a invitar a que sea un grande no solo en la UD, sino también a nivel nacional”, dijo Jiménez el sábado tras cambiar el partido con su ingreso en la segunda parte. Ahora la UD ultima su renovación con un contrato “distinto” para frenar su ajetreada vida fuera del fútbol. Todo con tal de recuperarle para la causa. Con él, la esperanza no se pierde.
