LEVANTE-VALENCIA

El derbi de las gorras, los abanicos, el agua y los parasoles

El Ciutat fue una caldera en el terreno de juego y en la grada. Las aficiones tuvieron que combatir la alta temperatura como pudieron.

El derbi de las gorras, los abanicos, el agua y los parasoles
DAVID GONZALEZ
David Esteve
Redactor de Diario AS desde 2007. Licenciado en la Universidad Cardenal Herrera CEU de Elche, el periodismo fue su gran vocación desde siempre. Entró como redactor de fútbol en Alicante, pero con el paso de los años se considera un periodista polivalente, capaz de contar historias del Hércules, Valencia, Villarreal, Elche o Levante.
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El Ciutat fue una caldera, en el terreno de juego y en la grada. Había miedo a la alta temperatura prevista a la hora del partido (cercana a los 30 grados), pero una ligera brisa ayudó a soportar mejor el calor. También lo hicieron los abanicos, los parasoles, el agua y las gorras. Todo valía para combatir el calor.

Los jugadores también sufrieron el terreno de juego. Los tiempos muertos para refrigerarse se hicieron cortos. En ese momento, la afición mostró su malestar con LaLiga por el horario y no permitir el cambio. Los futbolistas del Levante aprovecharon toallas empapadas con agua y hielo para tomarse un respiro.

El derbi de las gorras, los abanicos, el agua y los parasoles
ALBERTO IRANZO

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El colorido se vivió en la grada. Con casi todo el estadio al sol, la brisa y las nubes casi se celebraban. Aquí se tiró de ingenio. Las 50.000 botellas de agua repartidas y las 20.000 gorras vinieron de maravilla. El Levante también preparó un mosaico para la salida al terreno de juego de los jugadores. Las cartulinas azulgranas, una vez recibido al equipo, se convirtieron en improvisados abanicos.

Ante el temor a cualquier incidente, también se duplicaron las asistencias sanitarias. En principio, el derbi del calor se saldó sin ningún altercado que lamentar.

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