Vinicius dio un recital con Lopetegui en la grada

Vinicius es una estrella. Punto. Juega en el Castilla porque el Madrid quiere llevarlo con tiento y sin prisas. Pero si su caso fuera otro y esto fuera el axioma de Camacho con los canteranos, Vinicius no es que ayer derribase la puerta del primer equipo blanco. Es que la astilló, la desintegró e hizo una fogata con lo que quedó de ella.

Vinicius firmó una primera mitad en el mini derbi ante el Atlético B de lo que es, un futbolista que venía de brillar en la Libertadores. Que está estirando las piernas en Segunda B mientras Lopetegui, en la grada del Cerro del Espino, le abre huecos. Fue un tormento para el filial atlético, que tuvo que hacerle ocho faltas sólo en la primera mitad, con dos goles (el segundo, sublime) y una gran jugada que casi acabó en asistencia, pero Cristo se topó con el poste…

Donde a Odegaard le deprimía jugar en Segunda B, Vinicius no tiene problema. Su descaro no entiende de categorías. Disfruta jugando y el resto, como Cristo, el Benzema del Castilla, se aprovechan de ello.

Con todo y con eso, el Atlético golpeó primero. Al estilo del primer equipo, en la estrategia. Víctor Ruiz puso un gran balón a Samu en una falta lateral, y el lateral se coló entre De la Fuente y Javi Sánchez para superar a Luca Zidane. Pero empezó el show Vinicius muy rápido, tres minutos después. Uno que al Atlético B le supuso un sufrimiento perpetuo. Cristo le habilitó con un gran pase y el talento carioca definió en el mano a mano con suavidad y talante de veterano en esas lides. Tiene 18 años y un mes.

Su segundo gol fue aún más impresionante. Un latigazo violento a la par que colocado. Imparable. El Castilla iba montado en las bicicletas de Vinicius pero también se aydó en dos buenas paradas de Luca Zidane en la primera mitad. Y el atlético Joaquín tuvo a tiro el 2-2 en el 37’.

La segunda mitad se le complicó al Castilla sin esperarlo. Un choque en el centro del campo, el árbitro no paró el partido y el Atlético B siguió la jugada con la defensa castilllista esperando, parada, que mandasen la pelota fuera. Pardillada que pagaron con el gol de Darío, Solari se autoexpulsó en una protesta absurda, y un empate que le dio otra cara a un gran mini derbi y que pudo desequilibrar quién si no, Vinicius, a las puertas de un hat-trick en una mala salida de Valens. Después se llevó hasta una amarilla… por recibir una falta (con tangana posterior) del atlético Tachi. Increíble.

Lopetegui decía que a Vinicius le faltaba aún “cocción”. Pues en el Cerro, al brasileño, se le vio estar ya al dente.

Vinicius Junior

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