La 'madre coraje' que venció al cáncer tras el 'Pepinazo'
A Blanca Poza le llaman la ‘madre coraje’ del Leganés. Superó un cáncer de mama en 2017 inspirándose en la gesta copera del Lega en el Bernabéu.
A Blanca Poza que la llamen la ‘madre coraje’ del Leganés le pone los pelos de punta. Metafóricamente hablando, claro. La “pelusa” que gobierna su cabeza, como lo define su hija, también Blanca, aún no se eriza porque aún no es pelo. Es solo eso, “pelusa”. Pero a Blanca madre no le importa. Ella se ríe de las consecuencias de la quimioterapia con la misma energía con la que se ríe de la vida y del cáncer de mama que amenazaba con arrebatársela en diciembre de 2017, cuando se lo diagnosticaron. “¿A que me queda bien mi nuevo peinado?”, vacila al personal entre carcajadas.
El eco de su risa retumba en las tripas de Butarque. Allí todos la conocen. Es famosa. No hay quien no se pare unos segundos a saludarla. A felicitarla. El 2 de agosto Blanca hija anunció en Twitter que habían vencido al “Bicho”. Su madre estaba limpia. El mensaje se hizo viral. Le llegaron réplicas de todo el mundo. Algo parecido le sucedió el 26 de enero, cuando Blanca madre aún no era conocida.
Ese día, 48 horas después de que el Leganés eliminase al Madrid en Copa, recibió su primera quimio en La Paz. Blanca hija colgó otro tuit. “Primera sesión de mi mami. Se ha llevado la camiseta del Lega porque, si ellos pueden ganar al Madrid en el Bernabéu, ella puede ganar esto por goleada”, escribió junto a una imagen de Blanca madre en el sillón del hospital, con los tubos de la quimio enraizándose en el brazo derecho. El izquierdo dibujaba una V de victoria. Como su sonrisa. Triunfal.
Blanca no es futbolera. Pero dos días antes, cuando que el Goliat blanco cayó ante el David pepinero, sufrió pegada a la tele (el sábado lo hará en el Bernabéu) con la enésima gesta del ‘Garitanismo’. Lo vio sola. Su hijo Daniel estaba fuera y su hija y su marido habían acudido al estadio a vivir el partido in situ. “Al ver el triunfo del Lega, algo cambió en mí. Andaba de bajón, pero una fuerza desconocida se instaló en mi corazón. Por eso he ido a todas las sesiones con mi camiseta del Lega. Es mi cota de malla contra el cáncer”, describe sentada junto a Blanca hija en la grada de Butarque.
Sujeta una mochilita (del Leganés, obvio) repleta de pañuelos oncológicos idénticos a los que repartió en mayo a la plantilla pepinera en la intimidad del vestuario. Así los fichó para su nueva misión. Demostrar a los que sufren cáncer que no están solos. Que pueden ganar. Como el Lega, al Madrid. Como Blanca, al “Bicho”.