Radoja es una de las prioridades del Leganés para suplir a Gabriel
El serbio del Celta tiene el perfil de pivote que busca Pellegrino para equilibrar la plantilla. El Alavés también lo quiere y está pujando fuerte.
El Leganés está interesado en hacerse con los servicios de Nemanja Radoja, mediocentro serbio del Celta de Vigo de 25 años. El balcánico es una de sus prioridades para la medular ahora que Gabriel ha salido al Benfica. De fichar por los pepineros, Radoja ocuparía la plaza que ha dejado el mediocampista brasileño, aunque ambos futbolistas tienen perfiles distintos. No importa. Pellegrino busca algo diferente. Un organizador más posicional. Algo más parecido a Ruben Pérez. Y Radoja lo es.
En la operación el Leganés tendrá que zafarse. No es incorporación sencilla. Primero, porque varios pretendientes lo rondan. Uno es el Alavés de Abelardo. En la pugna con los madrileños, los vitorianos están apostando más fuerte. Económica y deportivamente. Pero al sur de la capital son tozudos. Insisten ante la perspectiva de captar a un jugador que gusta no sólo a la dirección deportiva, sino también a Pellegrino, su entrenador.
También hay competencia extranjera. El AEK de Atenas lo ha tentado. Desde Grecia confirman a As que Radoja gusta, pero que por ahora hay importantes diferencias económicas que hacen compleja su incorporación. Es por ello que los helenos tienen sus esperanzas depositadas en la fase previa de la Champions League. De pasarla y entrar en la fase de grupos, sus ingresos aumentarían lo suficiente (creen) como para poder hacer una propuesta jugosa al futbolista.
En la rampa de salida
Mientras se dirime su futuro, Radoja sigue en la rampa de salida. El Celta no cuenta con él después de que el futbolista se haya negado a renovar bajo las condiciones que le ofrecía el club. Termina contrato en un año y eso, a priori, podría facilitar su salida a un precio relativamente bajo.
A ambas partes le interesa la venta del serbio. A los celestes, porque en caso de esperar, dentro de un año puede quedar libre para marcharse donde quiera a coste cero. Es la penúltima parada (la otra es el mercado invernal) para sacar rédito económico por él. Al futbolista también le interesa salir porque, en caso de quedarse, tiene casi garantizado un año en blanco.