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BARCELONA

Tobogán Dembélé: 63 pérdidas… pero 10 tiros y dos goles

El francés continúa equivocándose en alguna decisión pero ha empezado la temporada siendo decisivo. Sus dos goles han dado dos victorias de mucho peso al Barça.

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Tobogán Dembélé: 63 pérdidas… pero 10 tiros y dos goles

Que el de la recién estrenada temporada es un nuevo Ousmane Dembélé salta la vista. Aún parece un jugador en tensión en muchos momentos. Su rostro apenas denota relajación en el momento en que ha hecho goles. Sin embargo, su producción empieza a ser importante para el Barcelona. Dos datos en sus tres primeros partidos oficiales definen su perfil como futbolista. Ha perdido 63 balones, una media de 21 por partido (no ha acabado ninguno porque en todos fue sustituido). A cambio, ha tirado diez veces a portería y ha marcado dos goles que han significado un título en Tánger y una victoria de mucho peso en Valladolid, un sitio donde, como dijo Valverde al final del partido, “se ganan Ligas”.

Dembélé fue el jugador más protagonista del Barça en Valladolid. Empezó el partido con un serpenteo por el área que terminó intentando sorprender a Masip. Su tiro se marchó arriba. Luego disparó desde la frontal con la derecha ajustado. También fuera. Finalmente, no pudo definir después de una buena asistencia de Messi. Pero insistió. Empezó la segunda parte con otro tiro desde el perfil izquierdo que paró sin problemas Masip.

Entonces, a Valverde se le encendió la bombilla y lo mandó a la derecha como el día de Tánger. Tal vez esos primeros minutos con el francés flotando por esa zona derecha cogió de improviso a la defensa de Valladolid. Como su tiro a Masip. El gol premió su buen partido y, tal vez, la sustitución no le hizo justicia al mejor jugador del Barça. Y el más protagonista.

Es cierto que 63 pérdidas en tres partidos incompletos son muchas. Sin embargo, muchas de ellas vienen en centros después de jugadas individuales o de regates que, de salirle, significarían pre-oportunidades de gol. El caso es que la diferencia respecto a la temporada pasada es abismal. Donde el curso pasado se veía un jugador con grandes condiciones pero en su planeta, este año aparece un futbolista mucho más centrado. Con lagunas aún pero que empieza a entender el lenguaje del Barça y sus automatismos. Se mete bien por dentro para dejar el carril a Alba, luego profundiza, empieza a entenderse con Coutinho, Messi y Suárez.

De momento, sus tres primeros partidos han acabado de un plumazo con la rumorología que le rodeó este verano. Arsenal y PSG le pretendieron y la llegada de Malcom permitió pensar que podía haber caso Dembélé. El club le respaldó, él volvió antes a los entrenamientos y Valverde debió ver algo distinto porque se ha consolidado como indiscutible en las alineaciones. Y, de momento, así seguirá.

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