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VALLADOLID-BARCELONA

20 años del gol de Xavi, el menos celebrado de la historia

El 20 de diciembre de 1998 el Barcelona llegaba a Zorrilla con la soga en el cuello de Van Gaal. Décimo en la tabla, si perdía el holandés hacía las maletas. Un chaval barbilampiño de 18 años le salvó la cabeza. El resto ya es historia.

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20 años del gol de Xavi, el menos celebrado de la historia
FC Barcelona

Temporada 1998-99. Decimocuarta jornada. El Barcelona de Louis Van Gaal, tras un primer año pletórico donde conquistó la Liga y la Copa, se mueve sobre el alambre tras encadenar cuatro derrotas y cinco empates en trece partidos. En la anterior jornada, el Barcelona había caído de forma estrepitosa ante el Villarreal en casa, 1-3, con pitos y abucheos generalizados en las gradas exigiendo la dimisión del entrenador holandés.

Josep Lluis Núñez, primer valedor del ex técnico del Ajax, decidía darle una última oportunidad ante el Valladolid, consciente que un mal resultado le obligará a señalar con el pulgar hacia abajo. 

En el vestuario Van Gaal no las tenía todas consigo, sabedor que solo el clan holandés y los chavales de la cantera estaban con él. “Es importante saber si la plantilla está conmigo”, decía resignado en rueda de prensa el entrenador holandés en la previa del partido ante el Valladolid.
Y es que Van Gaal había protagonizado varios desencuentros con los pesos pesados del vestuario y la situación parecía a todas luces insostenible. Tanto es así que nadie del entorno daba un duro por el entrenador.

El 20 de diciembre de 1998 llegaba el partido en Pucela. Van Gaal alineó un equipo plagado con sus pretorianos, es decir, holandeses y chavales de la cantera. Uno de estos últimos era un imberbe Xavi Hernández, que había debutado ese verano con el primer equipo, en la Supercopa de España ante el Mallorca, marcando por cierto un gol, que a la postre no fue suficiente para dar el título a los blaugrana.

Corría el minuto 15 del partido cuando Patrick Kluivert recogía un balón en la frontal del área para asistir a Xavi, que dirigió el balón a la banda izquierda donde estaba esperando Rivaldo para rematar un disparo seco a puerta, que era repelido por el portero César, pero dibujando el balón una extraña parábola que llegó a la línea de gol donde se encontraba Xavi, quien pese a la oposición de un rival se elevó lo suficiente para rematar de cabeza y alojar el balón al fondo de la red.

Las imágenes de Van Gaal saltando como un resorte para celebrar el gol son ya historia de la Liga. El entrenador se pasó desde ese momento todo el partido de pie, dando indicaciones y mirando su famosa libreta. Al final del partido, el entrenador se abrazó a sus ayudantes, consciente que había salvado un ‘match ball’ gracias a la ayuda de un chaval recién salido de La Masia.

Pero queda por contar la otra historia, la que se quedó dentro de las cuatro paredes del vestuario visitante del Valladolid. La de un peso pesado, medio en serio medio en broma, acercándose a Xavi y diciéndole: "Ya te vale. Mira que hay partidos para marcar un gol y tenías que marcarlo hoy…".

En todo caso ese gol solitario y poco celebrado acabó valiendo una Liga: el equipo demostró su personalidad y profesionalidad, encadenando victoria tras victoria para llevarse la segunda Liga consecutiva.