Galones para Coutinho: no habrá tercera suplencia
Después de empezar en el banquillo en la Supercopa y en el debut liguero ante el Alavés y mejorar al equipo en ambos casos, espera ser titular en Zorrilla.
El tiempo de Philippe Coutinho en el banquillo se ha acabado. Suplente en la Supercopa de España que el Barça le ganó en Tánger al Sevilla y en el estreno liguero contra el Alavés, en los dos partidos cambió para mejor la cara del equipo azulgrana. Entró en los dos partidos con empate (1-1 y 0-0) y en ambos casos se resolvieron con victoria para el Barça. Para algunos, la corajuda celebración del 2-0 contra el Alavés tuvo algo de reivindicación y la garantía de que no habrá tercera suplencia en Zorrilla.
Valverde ha tenido ‘coartada’ para las dos primeras suplencias del brasileño. La primera, muy convincente. Coutinho apenas llevaba una semana de trabajo después de sus vacaciones post-mundialistas. No estaba físicamente en condiciones de jugar ante el Sevilla. De hecho, y pese a que mejoró al Barça el rato que jugó en Tánger, se vio todavía un jugador falto de forma. También en el Gamper contra Boca en el que dejó una delicatesen de jugada pero en el que se vio un jugador todavía al que costaba volver para defender.
Ante el Alavés, Valverde explicó que no quería llenar el equipo con jugadores que venían con poca carga de entrenamientos y en esa situación ya tenía a Umtiti, Rakitic, Dembélé y Suárez. Luego se vio obligado a meter a Coutinho en la segunda parte. El brasileño marcó un gol, estuvo a punto de hacer otro después de un pase de Messi y demostró que ya está preparado para ser titular. Será en Valladolid.
Este debe ser el año de Coutinho en el Barça. Pese a su desorbitado precio, unos 160 millones de euros incluidos los de las variables, llegó casi de puntillas. Cogió el dorsal número 14 ya que el 7 estaba reservado para Griezmann y se colocó por norma general como interior derecho en el 4-4-2 de Valverde para no amenazar el status de Iniesta en sus últimos meses como azulgrana. Aun así, y pese a su perfil de jugador discreto, su peso en el equipo fue inevitable. Marcó 8 goles en 18 partidos de Liga y también hizo dos en la Copa, donde fue fundamental en la semifinal ante el Valencia y en la final ante el Sevilla. En la Champions, el Barça lo echó mucho a faltar en Roma
Coutinho parece preparado para más. Lo demostró en el Mundial, cuando su peso fue el mismo sino superior al del gran Neymar. De fondo, este año tiene la Copa América que organizará su país. Sigue en las listas de Tite, pero su objetivo es hacerse grande en Europa, donde ha estado en la lista de 25 para la votación del Balón de Oro. Las expectativas con el futbolista son altas, acordes a su precio. Este año, además, Coutinho pondrá a prueba su nivel de mejora como interior. Si, como parece, Valverde apuesta con continuidad por el tridente Messi-Suárez-Dembélé, le tocará jugar como centrocampista. Ahí ayudará su desequilibrio y capacidad de asociación (interesante cómo pueda compenetrarse con Alba y Dembélé), pero también necesitará más foco global de juego y un físico mejorado para aguantar las obligaciones defensivas de un centrocampista. Tampoco será extraño verlo como falso extremo izquierdo en partidos demás exigencia para que Valverde refuerce el medio con otro interior. Pero siempre con Countinho en el campo. En Valladolid, salvo sorpresa, se acabó el banquillo.