¿Por qué hizo debutar en Primera a Oblak en el Ol con sólo 16 años?
Pues tengo que decir que fue por casualidad, es la verdad. Quería castigar a mi portero titular porque había estado horrible en el anterior partido y le dije: 'Es mejor que juegue un chaval de 16 años'. Y fue así. No fui un visionario, debo admitirlo. Sabía que el chico tenía talento, pero no que Jan fuera tan bueno.
¿Cómo era Oblak con 16 años?
Eso sí que me di cuenta. Era un chico tranquilo, muy maduro y serio. No soy un loco, sin esas características no se hace debutar a un chico de 16 años, ni siquiera por casualidad. Y cuando al tercer partido contra el Maribor vi que había sido el mejor de todos me di cuenta también de que era muy frío en la portería.
¿Qué es lo que más le llamaba la atención de él?
Su seriedad. Trabajaba como un loco, entregado totalmente a la idea de convertirse en figura.
El chico tenía que hacer todos los días muchos kilómetros en bici hasta Liubliana para entrenarse. Debió ser duro.
Yo creo que a él la bicicleta le gustaba. Yo en ese momento ni lo sabía. Seguro que hay otras maneras de llegar a Liubliana, pero a él le iba bien así. Era feliz, satisfecho, concentrado y siempre con ganas de de entrenarse, de jugar y de crecer.
¿Usted pensaba entonces que se convertiría en un portero de talla mundial?
No, ni en sueños lo imaginé. Debo decir la verdad. Sería fácil ahora decir al mundo que yo fui un visionario, pero no fue así. Jan era muy bueno, pero yo no soy experto en porteros y no sabía que era así de bueno. Después de algunos partidos hablé con expertos en ese puesto y sí me dijeron que se iba a convertir en un grande. Obviamente, tenían razón.
Tras un año a sus órdenes, con 17 el Benfica vino y se lo llevó. ¿Cómo se gestionó aquello?
Nunca antes había contado esto. Me llamó Jorge Jesús, técnico del Benfica entonces, justo antes de que el club decidiera comprarlo. Él solamente me preguntó una cosa. Ellos estaban seguros de que Jan tenían un talento increíble, pero tenían dudas de que un chico fuera lo suficientemente serio y maduro para irse a Portugal tan joven. Le dije yo apostaba todo a la seriedad y madurez de Jan. Estaba seguro de que él lo iba a llevar bien y así fue.
¿Cuando ve al Oblak actual en qué le ha visto crecer?
Estoy orgulloso, primero porque es esloveno y le hice jugar, aunque fuera por casualidad. De hecho dejé poco después el Olimpia, apenas pude estar con él cinco partidos. Pero estoy orgulloso porque es uno de los mejores del mundo y además lleva mi mismo apellido, aunque no somos familia. He bromeado sobre eso con él, se ha convertido en más grande que yo. (Branko fue centrocampista profesional y jugó, por ejemplo, en el Schalke y en el Bayern Múnich ). Es el Oblak más grande y el jugador esloveno más grande. También porque hizo una elección fantástica que se llama Atlético de Madrid. Allí ha encontrado su sitio. Él llega a todas las pelotas, pero también un salto tan grande y rápido habría sido mucho más difícil sin tener delante a una de las mejores defensas del mundo y sin un óptimo entrenador como Simeone.
¿Qué significa Oblak para el fútbol esloveno?
Es fundamental. Si yo fuera el seleccionador, sería mi capitán y tomaría todas las decisiones junto a él. Es así de grande e importante. Para nuestro fútbol es la figura. Creo que cuando alguien extranjero habla con un esloveno de fútbol comienza y acaba la conversación con un solo nombre: Jan Oblak.