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REAL MADRID - ATLÉTICO

Casemiro, talismán en Europa

Con el mediocentro en la plantilla, el Real Madrid no ha perdido ninguna final europea. A sus 26 años, ya suma cuatro Champions y dos Supercopas en su palmarés.

Actualizado a
Casemiro celebra un gol con la camiseta del Real Madrid.
NIKOLAY DOYCHINOVAFP

Tener a Casemiro en tu plantilla es sinónimo de éxito. Al menos, por ahora. El mediocentro brasileño arranca lo que es su quinta temporada en la primera plantilla del Real Madrid y su trayectoria sigue siendo intachable. Con el '14', el club blanco no ha perdido ni una sola final europea.

A sus 26 años, Casemiro suma ya cuatro Champions y dos Supercopas de Europa y tiene la opción de lograr la tercera este miércoles ante el Atlético de Madrid. Además, en su campaña en Portugal, cuajó una fantástica actuación en la Liga de Campeones. Con el madridista como medio de contención, el Oporto alcanzó los cuartos de final y, tras ganar 3-1 en el partido de ida, fue arrollado por el Bayern en la vuelta (6-1).

Su primer año en la capital, sin embargo, fue algo más complicado en lo individual, si bien los éxitos colectivos supusieron el furor del madridismo. La 'Décima' llegó a las vitrinas del Bernabéu tras ganar 4-1 al Atlético en la prórroga. En aquella final, Casemiro no disputó ni un minuto. En semis y en cuartos pequeños ratos para conservar el resultado. Solo un partido como titular: ante el Galatasaray en la fase de grupos.

El brasileño demandaba a gritos una cesión para seguir formándose como futbolista. Tras el paso ya mencionado por Oporto, regresó a la capital en la 15/16 y lo hizo para asentarse como un indiscutible en los onces, primero de Rafa Benítez y después de Zinedine Zidane. Titular en la vuelta de octavos, en los dos de cuartos y en la ida de semifinales. En el decisivo ante el City se cayó por problemas musculares. En la final no le hizo falta lanzar en la fatídica tanda para dejar su sello en la posteridad. Su equilibrio dio alas al Madrid.

Ya sumaba dos Champions en su particular sala de trofeos, pero Casemiro aún no había probado fortuna en la Supercopa de Europa. El '14' no entiende de veranos y disputó los 120 minutos sin jadear y derrochando la entrega que acostumbra. No fue su mejor partido, pero su presencia en el campo asegura tranquilidad y firmeza.

El centrocampista se perdió cuatro partidos de la fase de grupos de la máxima competición continental por lesión. No le frustró. Volvió como siempre, liderando la contienda física en la medular. Nadie le sacó del once en las eliminatorias. De hecho sacó a relucir su potencial goleador. Ante el Nápoles en la ida de octavos y, sobre todo, en la final ante la Juventus. Zapatazo desde 30 metros, rebota en Khedira y acaba dentro. La 'suerte' del trabajo.

Un idilio con las finales. Primero un cabezazo al larguero avisó al United del huracán que estaba por venir. Minuto 24. Carvajal centra y Casemiro aparece con su zurda para abrir el marcador. Quizás en fuera de juego. De nuevo: la 'suerte' del trabajo. El Real Madrid cerró aquella noche de agosto con una Supercopa más.

¿Imposible la tercera Champions consecutiva? Con Casemiro, nunca digas nunca. Sin Modric y Kroos en el once, el mediocentro tenía más responsabilidad que nunca en el temible Parque de los Príncipes. Cavani hizo soñar a los parisinos en el 70'. Su gol dejaba al PSG a dos de forzar la prórroga, difícil pero... El brasileño no lo permitió. Con los locales volcados y con diez, el '14' recogió un rechace de Rabiot y su disparo fue conducido dentro por Marquinhos. Otra vez en cuartos; el Madrid no faltaba a su cita.

Zidane prescindió de Casemiro en la vuelta de semifinales ante el Bayern de Múnich. Finalmente tuvo que recurrir a él cuando los germanos desataban el pánico en el Bernabeú. Profundo respiro y a la final. El Liverpool apretó, pero se notó la superioridad madridista. El medio del campo, controlado por los tres tenores habituales. También por Isco. 

El Madrid sigue reinando en Europa, con todos los soldados de la corte creando un engranaje perfecto en los últimos años. Cada pieza es imprescindible, no hay duda, pero una nunca falla: la del incombustible Casemiro.