Kovacic, pausa a tres años en el Madrid: así ha sido su trayectoria
El croata llegó en 2015 como proyecto de futuro y se ha acabado marchando con ansias de ser indiscutible. Entre medias irregularidad, grandes partidos, lesiones...
Mateo Kovacic llegó en el verano de 2015 al Real Madrid como un gran proyecto y como un sucesor en un futuro no tan lejano de Luka Modric como comandante del fútbol madridista. Sin embargo, su paso por la capital ha sido turbulento, con franjas temporales brillantes, con exhibiciones en partidos de categoría, pero también con dudas, una lesión que frenó su proyección y una dudosa regularidad para dirigir al equipo.
Temporada 15/16: tiempo de adaptación
Benítez tan solo estuvo 25 partidos al frente del Real Madrid, pero dejó claro que Kovacic era de su agrado. El croata disputó veinte choques en esta breve etapa. Ocho de ellos como titular: cuatro en Liga, cuatro en Champions. De hecho, anotó su primer tanto en la máxima competición continental. Más allá de eso, muchos minutos como suplente.
Pero, probablemente, la imagen más mediática de ‘Kova’ en sus cinco primeros meses como jugador del Madrid fue en la Copa del Rey. Fue él el que sustituyó a Denis Cheryshev en aquel minuto 45. El que le dio el relevo al ruso y el que representó simbólicamente el ‘arrepentimiento’ del club.
Cuando llegó Zidane, sin embargo, la cosa cambió. Si bien es cierto que participó en once encuentros ligueros de los veinte que dirigió el francés, solo en cuatro de ellos fue titular y no disputó minutos ante grandes como Sevilla, Barcelona o Villarreal. De hecho, fue castigado sin entrar en la convocatoria ante los dos primeros por un grotesco error ante Las Palmas. Solo 21 años, pero en el Real Madrid los fallos se pagan caros.
Kovacic arrancó la campaña como décimo fichaje más caro del verano, superado por hombres consagrados como De Bruyne, Di María o Sterling o por firmas menos brillantes como Benteke o Draxler. Eso sí, algo une a todos ellos: disputaron más minutos que el croata. Del Top 10 anteriormente mencionado, el mediocentro fue el que menos jugó. Más concretamente, el 30% de los minutos…
Temporada 16/17: crece aprovechando lesiones
Zidane apostó por Kovacic nada más empezar el mes de agosto. Fue titular en la Supercopa de Europa ante el Sevilla, en un once cargado de hipotéticos suplentes como Lucas Vázquez, Asensio o Morata. En su primera gran prueba no estuvo demasiado inspirado. Poco participativo.
Sin embargo, el destino le daría más oportunidades de brillar. Las lesiones de Casemiro y Luka Modric le dieron minutos de renombre. En la jornada 12, disputó los 90 contra el Atlético de Madrid. El cronista Luis Nieto definió así la exhibición de Kovacic: "Ha roto en un magnífico centrocampista multiusos".
Dos jornadas más tarde, ante la baja de Toni Kroos, Zidane le volvió a dar galones en el Clásico ante el Barcelona. No fue su mejor día, no intervino demasiado en el fútbol blanco, pero, una vez más, llegaba un partido grande y el croata era el primero en la lista de recambios.
Y se lesionó. Tres semanas fuera de los terrenos de juego por un esguince en los ligamentos del tobillo izquierdo. Una vez regresó, dos partidos de suplente hasta su recital ante la Real Sociedad. Asistencia y gol, su primer gol en LaLiga en 39 partidos. Antes ya había marcado ante el Legia. En la Champìons, por cierto, poco protagonismo. Tan solo dos titularidades en el grupo y minutos residuales en los cuartos de final. Poco más o menos en el Mundialito.
Desde su baile ante la Real en la jornada 19, Mateo solo jugaría siete partidos más como titular en el campeonato nacional liguero. Sin minutos ante los grandes: el aplazado ante el Valencia, Villarreal, de nuevo Valencia, Atlético… Un ‘ratito’ ante el Barça. Eso sí, fundamental en el título, en la que se podría llamar Liga de las rotaciones.
Temporada 17/18: jugador importante, pero no lo suficiente
Tras disputar 27 partidos en Liga, exhibirse ante el Atlético o ser titular ante el Barcelona; la temporada 2017-18 era, sin duda, la de su consagración. No jugó la Supercopa de Europa, pero sí la de España. Ambos partidos, de hecho. Yendo más aún, de forma sobresaliente.
"Kovacic arrimó el hombro en la primera vigilancia de Messi. Ahí hay algo más que un suplente ejemplar", así definió su actuación Luis Nieto, tras el 1-6 del duelo de ida. Y es que Zidane asignó al croata una completa atención al astro argentino. Éste respondió.
Incluso mejor fue su partido en la vuelta. "En la transición de mediapunta a mediocentro ha asomado un jugador descomunal, de gran utilidad táctica, pero también con empuje para jugar en las dos áreas", narraba Luis Nieto. Nuevo título para el Real Madrid, con dos triunfos ante el eterno rival y un hombre reforzado: Mateo Kovacic.
Pero la cosa se empezó a torcer cuando el infortunio se cebó con el joven ex del Inter. Cayó lesionado ante el Apoel de Nicosia: rotura parcial del tendón largo del abductor derecho. Dos meses de baja. Varapalo terrible en un momento dulce. Regresó en diciembre, pero le costó entrar.
A principios de mes Zidane le colocó en el once ante el decepcionante Dortmund (dos puntos de dos empates en el Grupo H de la Champions). En la previa de Nochebuena repitió titularidad en el Clásico del Bernabéu. El técnico galo le marcó perseguir a Busquets. Posteriormente, con Messi. No salió, el Madrid cayó 0-3 y Kovacic estuvo siete jornadas de Liga sin formar parte de la alineación.
Regresó ante el Betis, con cuatro oportunidades seguidas, con asistencia incluida ante el Leganés. Cerró la temporada liguera alternando titularidades y suplencias. Todo estaba decidido, por lo que sus minutos le dieron alas para crecer, pero no le hicieron sentirse un jugador franquicia.
Quizás en Champions sí lo sintió. O quizás no. Eso solo lo sabe él, pero minutos importantes tuvo, desde luego. Los problemas físicos de Kroos y Modric le colocaron al frente de la batalla de París. Fundamental en la contención, su trabajo ayudó al Madrid a derrocar al multimillonario PSG.
No tuvo protagonismo en cuartos ni en la ida de semifinales. Minutos pasajeros, si bien es cierto que para tenerlos se necesita la confianza del entrenador. Su momento llegó en la vuelta ante el Bayern de Múnich.
Zidane se cargó a Casemiro y le puso el mono de trabajo a Kovacic. Éste se pudo ver superado. En parte, normal: en el minuto 3, Kimmich desató el terror en el Santiago Bernabéu. Pero volvió a defenderse en un partido de élite. No todos están preparados para ello. El compatriota de Modric acabó la temporada como él quería: siendo un jugador importante. Pero sus deseos iban más allá, quería ser un indiscutible y, por ello, su maleta y él ya han emprendido una nueva aventura con fecha de caducidad: el 30 de junio de 2019.