El Leganés luce muralla ante Olympiacos y sigue imbatido
Los pepineros lucieron buena versión defensiva, pero apenas rondaron la meta helena. Serantes evitó un gol a Fortounis con un paradón.
El Leganés jugó este miércoles el primer partido en el extranjero de su historia. Cita para el recuerdo. Lástima que el espectáculo en un Karaiskakis casi vacío no estuviera a la altura. No lo puso el Olympiacos. Tampoco un Leganés excelso, eso sí, en su versión defensiva, donde Siovas se estrenó de capitán ante su exequipo. La parte ofensiva apenas lució. Su primer remate (Carrillo) llegó en el 60’. Sólo hubo uno más, también de Carillo. Serantes fue el otro protagonista madrileño de la noche con un paradón a Fortounis. Guerrero, exblanquiazul, jugó de inicio, pero el Lega lo frenó bien. Los pepineros suman ya su cuarto partido de preparación y siguen invitos: tres empates y una victoria.
Al Leganés no le asustó en el comienzo el escenario de un estadio habituado a la Champions. Tampoco el humo de las bengalas que tejieron una densa niebla en uno de los fondos, el que más público tenía. Amago de infierno griego. Con las gradas semi vacías, el Georgios Karaiskakis se quedó en infiernillo de la abuela. Puso más calor el clima que el público. Se jugó a 27ºC y con un 73% de humiedad. Aun así, había margen para el vértigo. No lo sintió un Lega que casi repitió el once de su último amistoso. Tomen nota. Ahí hay material para el posible primer equipo de Liga.
Un equipo que supo rugir sin colmillos que mostrar. No se amilanaron los pepineros frente al buen ritmo heleno (Olympiacos ya ha jugado seis partidos), pero tampoco supieron lanzarse en busca de la meta de Gioanniotis. Es más, la primera mitad se clausuró sin que tiraran ni una vez. Jugó el Lega a la defensa sin ataque, pero con seriedad persistente. En su muro apenas hubo brechas y las pocas que dejaron vías de agua tuvieron a su portero como dique de contención. En el 20’ sacó un gol cantado a Fortounis con una mano épica. Superman Serantes volvió a volar ayer en El Pireo.
Ninguna de esas ocasiones locales del inicio fue de Guerrero. El expepinero apenas pudo operar en punta. Se ahogó en las arenas movedizas que le desplegaron sus excompañeros, a los que saludó efusivamente en la previa del choque. Su único amago de gol llegó tras el descanso. Fue de cabeza. Suave. Leve. Apenas molesto para Serantes, que atajó en el primer palo.
Al portero de Barakaldo se le vio mucho menos en la segunda mitad que en la primera. Atacó menos Olympiacos y algo más un Lega que tiró por primera vez a puerta en el 60’. Carrillo ejecutó arriba. El argentino tuvo la siguiente y última del Lega. No hubo más que relatar salvo los chispazos de Avilés (el canterano se está gustando en la pretemporada) y el cambio de Siovas. Pellegrino suplió al griego, ayer capitán, en el 83’ para que recibiera el aplauso del que fue su público. Ovación que los espectadores tuvieron que reservar para este relevo. No la pudieron descorchar para los goles.
