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LAS PALMAS

Pedro Bigas, con tres 'novias' que no le piden la mano

El defensor balear es pretendido por los equipos de Primera Getafe, Eibar y Real Betis, pero no se termina de concretar su salida. Lizoaín interesa al Nástic.

Pedro Bigas, en un partido con la UD Las Palmas.
FELIPE SEVILLANODIARIO AS

Salvo sorpresa, casi inesperada, Pedro Bigas no seguirá de amarillo. Cierto es que si hace unos días parecía que el zaguero mallorquín saldría rumbo a Getafe con la llegada del atacante Jorge Molina a la isla, todo se ha enfriando en las últimas horas y por ese motivo viajó con el resto del equipo hasta tierras británicas.

Según ha podido saber AS, la operación entre el conjunto madrileño y el grancanario estaba cifrado en unos ocho millones y medio de euros: 3.5 que pagarían el equipo de la capital a los amarillos y el valor de 2.5 por las salidas de Dani Pacheco y Jorge Molina, pero ambas se han enfriado, aunque no aparcado, por lo que la operación está en punto muerto.

Una de las alternativas pasaría por una cesión al equipo getafense, que pagaría por la misma. Ante esta situación, otros equipos de Primera como el Real Betis de Quique Setién, con el que coincidió en la isla, o como la Sociedad Deportiva Eibar han mostrado interés en poder hacerse con sus servicios, ya sea por medio de un traspaso o una cesión.

Lizoain gusta al Nástic

Desde hace algunas semanas se tenía conocimiento desde las altas esferas amarillas que Raúl Lizoain no seguiría como jugador amarillo, pero solo la llegada de Raúl Fernández ha oficializado el secreto a voces: que el canterano es el descartado en la portería porque Manolo Jiménez quiere más nivel en ese puesto.

Ahora toca buscarle salida, algo que no es especialmente fácil visto las escasas presencias de las que ha dispuesto las últimas temporadas, tanto en Primera como en Segunda División. Pero el Nástic de Tarragona ha mostrado interés en hacerse con los servicios del meta, que podría continuar en la misma categoría que su equipo de formación.

Su salida es cuestión de tiempo, pero, como suelen ocurrir en este tipo de casos, se suelen dilatar porque los representantes intentan sacar la mayor partida económica del club saliente al ‘perdonar’ el año que aún le queda por cumplir.