NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

REAL MADRID

El Real Madrid invierte en futuro

Atrás quedaron los tiempos de derroches, en los que se quería pescar cada verano al pez más gordo. Desde hace ya años, el club trata de adelantarse a eso.

El Real Madrid invierte en futuro
JESUS ALVAREZ ORIHUELADIARIO AS

El Florentino Pérez, y por extensión el Real Madrid, de principios de siglo se resume en las escenas más exuberantes de El lobo de Wall Street, todo poderío. Florentino hizo de la ambición y la opulencia un estilo, sus guías para acortar el camino hasta el éxito. En plenitud, de aquella idea rompedora con los últimos tiempos en el Bernabéu brotó una constelación de estrellas, Los Galácticos, que levantó siete títulos en casi seis años. Pero, de tan perfecto como parecía, ese castillo se le desmoronó al presidente. Desorientado, abandonó el barco. Retomó el timón en 2009 y a su vuelta pareció que no le había cambiado el alma: en su primer verano se gastó más de 250 millones en ocho jugadores de una media de 24 años. La fórmula, por no darle resultados, le hizo ver la luz.

Así empezó un proceso que explotó con el tiempo en una nueva política de fichajes: mientras otros grandes de Europa seguían de caza mayor, el Madrid fue anticipándose a ellos bajo una premisa, fichar más joven, que normalmente ha ido de la mano de fichar más barato. Esto es: comprar los cracks del futuro y acabar de armarlos en lugar de esperar a que estén hechos y dejarse el taco en ellos. Un gran ejemplo es Vinicius Junior (18 años), cerrado en 2017 sin saberse si contará siquiera para 2018. Pero también Odegaard, fichado en 2015 y aún (19 años) por dar el salto. O Asensio, una incorporación de 2014, cuando contaba con 18 años, al que se lanzó en 2017.

El Madrid ficha más joven

Sin menospreciar un gramo de calidad, el club blanco viene apostando por la juventud, por el diamante por pulir, una tendencia que se aprecia especialmente desde la temporada 2013-2014. Entonces, cuando el fichaje de Bale, el último gran dispendio de Florentino, el Madrid firmó a cinco jugadores cuya media edad resultó de 22 años, mucho menor que los 28,66 de la anterior. La tónica, y no parece que responda a una casualidad, ha tenido continuidad: 22,83 en la 2014-2015 (seis fichajes), 22,16 en la 2015-2016 (seis fichajes), 19,5 en la 2016-2017 (dos fichajes), 19,5 en la 2017-2018 (dos fichajes) y 19,33, de momento, en la 2018-2019 (tres fichajes), muy lejos también de aquellos 24 de la 2009-2010 (ocho fichajes).

En los tres últimos mercados veraniegos, incluyendo el actual, se advierte el cambio de rumbo desde las oficinas de Concha Espina en tres encrucijadas: en el de 2016 se descartó tirar la casa por la ventana por Pogba, al que la Juventus sólo dejó salir cuando el United se avino a pagar un precio sin precedentes; en el de 2017, optó por no satisfacer la pretensiones del Mónaco y Mbappé; y ahora, en 2018, tampoco contempla una locura por el propio Kylian ni por Neymar, que entre unas cosas y otras ha terminado por anunciar que se queda en París. En un contexto de operaciones megalómanas, el club blanco ha cerrado a Rodrygo, que tardará en mudarse a Madrid; a Lunin, que podría irse cedido; y a Odriozola. Y sigue vigilando el mercado en busca de presas que casen con el nuevo libro de estilo, como Courtois, que tiene 25 años y costaría menos de 40 kilos. Todo esto, además, supervisado por Lopetegui, un experto estudioso de las canteras. Florentino Pérez lo sabe: el futuro se construye desde el presente.