El Atlético Levante, a Segunda B
Los granotas igualaron el 1-0 de la ida ante el Ibiza y lograron el ascenso en una agónica tanda de penaltis.
A la tercera fue la vencida. A la tercera eliminatoria. Tras el varapalo de Calahorra. Tras caer en el último suspiro en Ibiza. Y tras llegar a los fatídicos penaltis que con tal mal recuerdo acompañan a los granotas en los últimos tiempos. Así se bajo a Tercera. Y así se esfumó el ascenso directo en la primera ronda del playoff. Pero algún día tenía que cambiar la suerte. Y cambió.
Dicen que los penaltis son una lotería. Los vividos en Buñol, una locura. Se le puso todo de cara al Ibiza. Con dos matchball tras los fallos de Mongil y Álex Gil. Pero fallaron después. El primero, nubes. El segundo, con Cárdenas y el larguero, para forzar la muerte súbita. Y el tercero, otra vez el meta erigiéndose en semihéroe y dejando la gloria para Fran Manzanara que ejecutó el definitivo para sellar el ansiado ascenso.
Antes, tocaba remontada, y se consiguió. Solo a medias, pero fue suficiente. El gol de Mongil nada más comenzar la segunda mitad con un magistral lanzamiento de falta desde la frontal, ponía de nuevo las espadas en todo lo alto. Los dos se quedaban con uno menos y así, con ocasiones para ambos lados, se llegó al final. A la prórroga con miedo y respeto. Ninguno quería perder ahí. Y por último, los penaltis. El final ya lo saben: El Atlético Levante vuelve a Segunda División B.