Joaquín: "Mi mejor virtud es que juego al fútbol para divertirme"

—Este domingo (18:00, en Cuenca) es la final de Copa. No debe haber mejor broche para un año fantástico.
—Lo empezamos pensando en grande. Nos reunimos en el Cotif con ganas de conseguir la mayor cantidad de títulos posible y estamos a un paso del tercero. El triplete es algo que no se ha conseguido en 115 años y la ilusión es tremenda. Falta un pasito. Es un aliciente además jugar la final contra el Madrid. Tengo amigos allí y será especial.

—Personalmente estará con ganas además. Salomón y usted se perdieron la de 2017 por sanción...
—Sentí impotencia. Como este año, llegaba a la parte final de la temporada en mi mejor momento. Por dos errores me quedé fuera de lo que más ansiaba. Quiero resarcirme.

—El equipo llega con experiencia, acostumbrado a partidos importantes. ¿Lo ven así?
—Sí. Hemos jugado encuentros importantes y finales y nos han hecho madurar. El año pasado caímos en la Youth League en cuartos en Salzburgo y nos enseñó mucho, entendimos cómo jugar a vida o muerte. Nos pasó con el Barça este año. Hemos aprendido a competir. Somos un equipo que no se rinde y lo hemos demostrado ya.

—Lleva cinco goles en Copa y su nombre aparece en los medios. ¿Cómo lo lleva?
—Bien. Veo que salen noticias sobre mí, pero lo llevo con calma. Sólo pienso que si estoy bien, trabajaré para mejorar.

—¿Cómo llegó al Atlético?
—En 2015. Yo jugaba en el Puerto Malagueño y me captaron para juveniles.

—Y desde Málaga no vino solo.
—(Risas). Claro que no, con mi hermano mayor, Rafa, que juega en el B. Con 16 años yo estaba feliz con venir al Atleti, pero también me daba miedo salir de casa. A falta de una semana para viajar a Madrid, a mi hermano le llegó la oferta y fue fantástico. Vivimos en una de las residencias. Este año debuté con el filial frente al Coruxo y cumplí el sueño de jugar con él.

—¿Cómo se define Joaquín?
—Mi mejor virtud es que juego para divertirme. Me gusta dar espectáculo. Me considero rápido y vertical, con buen manejo de las dos piernas. Pero lo definitivo es que si me divierto, estoy dando lo mejor de mí. Juego mejor.

—En Lezama el plan salió perfecto. Manolo Cano le reservó para la segunda parte y usted salió para sentenciar.
—Estoy a disposición del míster. Salgo a morir, juegue un minuto, diez o noventa.

—¿Cómo es el Real Madrid?
—Tiene muy buenos futbolistas en cada posición, un equipazo.

—Dice que tiene amigos allí. ¿Lo ha comentado con ellos?
—Sí, conozco a varios: Gelabert, Alberto, Gorka Zabarte… Son amigos, pero en el campo no hay amistad que valga. Algún mensaje, con buen rollo… Que gane el mejor. El que mejor soporte la presión.

—Y tras la final, ¿cuál será su futuro?
—Aún no lo sé. Lo llevan mis agentes. Yo me dedico a hacer mi fútbol. Termino contrato, cuando pase la final decidiré.

—Usted sabe también lo que es entrenarse con Simeone.
—Sí, es un orgullo poder trabajar con los mejores. Tuve la suerte de ir a Nigeria con ellos. Fue inolvidable, lo viví con alegría, un sueño que persigues desde pequeño. Aunque fuera un amistoso, fue especial.

—Algunos de esos canteranos atléticos están en el Mundial.
—Sí. Lucas, por ejemplo, hace muy poco estaba en nuestra categoría. Es un grandísimo jugador y una gran persona. Siempre que alguno de nosotros sube a entrenarse, él está muy atento. Fomenta el buen ambiente. Siempre hay risas, se acuerda de cuando era como nosotros. Bromea, nos ayuda. Con 21 años está jugando un Mundial, eso lo dice todo