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CLASSIC MATCH | R. MADRID 2-ARSENAL 1

Raúl y Guti se lucen ante el Arsenal en el Classic Match

El eterno capitán abrió el marcador y el '14' deshizo el empate de Boa Morte. Buen nivel del Madrid ante un combativo Arsenal liderado por Pires.
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Raúl y Guti se lucen ante el Arsenal en el Classic Match
CHEMA DIAZDIARIO AS
ASTV

Fiesta, goles, diversión... Un año más, el Classic Match fue todo un acontecimiento de las leyendas del Madrid. Este año frente al Arsenal, en el primero de los dos encuentros que les medirá en sendos actos benéficos.

Ayer, el Bernabéu volvió a ofrecer sus mejores galas para recibir al equipo de las estrellas gunners: 70.000 espectadores acudieron al templo madridista para vibrar con clásicos como Raúl, Guti, Roberto Carlos; novedades como Xabi Alonso, Arbeloa y Julio Baptista (¡qué fina estampa mostraron los tres!); estilosos como Seedorf, Figo y Butragueño; distinguidos como Karembeu (¡cómo olvidar sus goles camino de la Séptima)...

Enfrente un combativo Arsenal, liderado por Pires (formidable el partido suyo: rozó el gol en una falta que Solari evitó con un frentazo) y por un viejo conocido madridista, Anelka. El francés rozó el gol, pero se le vio algo desnortado cara a la portería rival. La alegría empezó pronto: un centro de Roberto Carlos fue espléndidamente rematado por Raúl. El testarazo del siete cogió la suficiente altura como para que Seaman, el inolvidable meta gunner, no alcanzase a detener el esférico. La respuesta vino enseguida: un pase al hueco de Pires permitió la carrera de Boa Morte, que definió con un zurdazo imparable.

Las lesiones mermaron a la escuadra londinense, que vieron como sus dos centrales titulares se tenían que retirar antes de tiempo. El Bernabéu pesa. Y mucho. Pero no para el talento de Guti. El madrileño desniveló el marcador tras hacer una pared con Baptista, plantarse delante de Seaman y superarle con un tiro cruzado.

En el descanso ya vino el carrusel de cambios. Pero no por ello desmereció la calidad de los intervinientes. Almunia contuvo muy bien los ataques madridistas, mientras que Contreras hacía lo mismo en la portería blanca. Pires daba un recital a la hora de montar contragolpes y desmontar a la zaga blanca. Anelka tiraba desmarques, pero fallaba a la hora de rematar a puerta (recuerden sólo dos goles en su año en el Madrid, pero qué dos goles: uno al Barcelona en Liga y otro al Bayern en Champions).

El momento más sentimental llegó en el minuto 77: Raúl abandonaba el campo para darle el relevo a Butragueño. Los dos sietes, el de la década de los 90 daba paso al de los 80: la garra del primero la compensó el segundo con taconazos, paredes, aperturas...

A la fiesta faltó Ronaldo, que se disculpó: “Como podéis ver, no estoy muy entrenado...”, dijo entre risas. Pero no se escapará. Le esperaremos el año que viene. Fiesta grande y encima solidaria.