BARCELONA
Rádchenko: "Quiero a Iniesta en el Zenit, no hay otro como él"
El antiguo jugador del Deportivo y del Racing trabaja en las categorías inferiores del Zenit: "Iniesta aún puede seguir jugando al máximo nivel".
El ruso Dmitri Rádchenko, antiguo jugador del Deportivo de la Coruña y del Racing de Santander, comentó que sueña con que Andrés Iniesta fiche por el Zenit tras abandonar el Barcelona. "Iniesta aún puede seguir jugando al máximo nivel. Me gustaría que jugara en la liga rusa, que fichara por el Zenit. ¿Por qué no?", dijo.
Rádchenko, que trabaja como entrenador en las secciones inferiores del Zenit San Petersburgo, cree que el futbolista español no debería marcharse a China, Japón o los Emiratos Arabes, ya que aún le queda mucho fútbol en el depósito.
"Es el líder de España. No sé cuántos minutos jugará en el Mundial, pero es un jugador muy importante para la selección. No hay otro como él", señaló sobre el futbolista que podría fichar en breve por un equipo chino o japonés.
Otro jugador de la generación dorada del fútbol español, David Silva, también es una de sus debilidades. "Siempre juega al máximo. Juega cada partido como si fuera el último, con la misma ilusión. Además, es muy creativo y sabe encontrar espacios en la defensa rival", apunta.
Además, cree que, de cara al Mundial, es muy importante la experiencia que están ganando jugadores como Isco, Asensio o Lucas Vázquez al disputar con el Real Madrid tantas finales de la Liga de Campeones.
"Me gusta más Morata"
Como buen delantero, tiene su propia opinión sobre los goleadores que Julen Lopetegui debería poner en liza y prefiere a Morata que a Costa, aunque el delantero del Chelsea ya se ha quedado fuera de la convocatoria mundialista. "Me gusta más Morata. Su juego le va más al estilo del equipo español", opinó.
Con todo, cree que el fuerte de España no son tanto las individualidades como el estilo, que Lopetegui mantiene con algunas variaciones, ya que "Del Bosque fue muy grande".
Radchenko, de 57 años, cree que los rivales de España serán Alemania y Francia, pero descarta a Brasil, a la que no acaba de ver en la final.
"Los alemanes tienen una buena mezcla entre jóvenes y viejos. Un equipo muy equilibrado. La nueva generación es tan fuerte como en la anterior. Ganaron la Copa Confederaciones con un equipo B", explicó.
También le gusta Francia, en la que ve a "muchos jugadores en plenitud y jugando en grandes equipos como Griezmann, Pogbá o Payet", y una plantilla con jugadores técnicos y físicamente fuertes.
Rusia, sin muchas opciones
A su vez, es muy pesimista con respecto a su selección, a la que ve como "el peor equipo de la historia de Rusia".
"Tenemos muchos problemas, especialmente en defensa. (El seleccionador, Stanislav) Cherchésov ha probado a muchos jugadores, pero no acierta. No hay nuevos talentos. Golovin es bueno, pero aún tiene mucho que demostrar", asegura.
Tiene esperanzas en Fiódor Smólov, al que considera un buen delantero y el mejor jugador del país, aunque matiza que "no es lo mismo la liga rusa que un Mundial".
Sus recierdos de España
Recuerda cómo llegó a España poco después de la caída de la URSS (1993) después de eliminar sorprendentemente al Real Madrid en los cuartos de final de la Copa de Europa.
"Nadie confiaba en nosotros, pero les ganamos en el Bernabéu 1-3. Sólo después con el paso del tiempo comprendí que había jugado el mejor partido de mi carrera. Jugadores como Hierro y Butragueño no se lo creían", comenta.
Recaló en el Racing de Santander, donde jugó dos temporadas junto a otro ruso, Popov, y un bielorruso, Zigmantovich, y se ganó a la afición desde que en su segundo partido marcó en el descuento en el "derbi" contra el Athletic de Bilbao en La Catedral.
"Aunque tenía contrato por cinco años, al cabo de dos temporadas recibí muchas ofertas. Estuve a punto de irme al Celtic de Glasgow y lo tuvo casi hecho con el Aston Villa, pero apareció el Deportivo, que entonces luchaba todos los años por liga y copa", recuerda.
No le benefició el sistema de juego en el que sólo jugaba un delantero, Bebeto, y después el técnico brasileño, Carlos Alberto Silva, apostó por sus compatriotas, lo que le obligó a emigrar e iniciar una singladura por el Rayo Vallecano, Mérida, Compostela, la liga japonesa y la croata.
Después regresó a Coruña, donde entrenó al Bergantiños de la Tercera División, al tiempo que gastaba sus últimos cartuchos como jugador.
"Me saqué la licencia de entrenador en Moscú 2007. Mi intención era regresar a España, pero recibí una oferta del Zenit, que abrió una academia en la escuela Smena en la que yo estuve de niño. Me quedé por un año y ya llevo ocho. Incluso vendí la casa en La Coruña", señaló.
No descarta volver, ya que considera a España su "segunda patria", donde guarda "grandes amigos" y los aficionados en Galicia y Cantabria aún le recuerdan, aunque el futuro de los deportistas y técnicos es "incierto".