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REAL MADRID - LIVERPOOL

Klopp: "Se equivoca quien piense que el Madrid lo tendrá fácil"

Jürgen Klopp habló con As en Marbella, donde se llevó al Liverpool tras una temporada durísima para descansar y recordar lo esencial.

Klopp: "Se equivoca quien piense que el Madrid lo tendrá fácil"
Mariano Pozo

Hola Jürgen, estamos en Marbella. ¿Oye eso?

¿Los pájaros?

Sí, los pájaros. En la Selva Negra, su lugar de origen, ¿era usted el típico niño que sabía qué ruido hacía cada pájaro?

No, no. No era ese tipo de chico, por desgracia, aunque tenía algunos amigos que probablemente eran buenos en eso. Lo único que sabía es que había una gran cantidad de pájaros y que la vida era sencilla y fácil en esos días, y parecía que siempre hacía buen tiempo. Teníamos veranos e inviernos de verdad, y ambos se sentían como tales, pero eso fue hace mucho tiempo.

Glatten, el pueblo donde nació, está rodeado de naturaleza y, como ha dicho, era un lugar tranquilo y lento. ¿Es así?

Para un niño era un lugar fantástico para crecer, pero un poco aburrido para un adolescente, aunque no era un gran problema porque entrenaba cuatro o cinco veces a la semana. No tenía demasiado tiempo para otras cosas. Fue brillante. No puedo decir nada malo del periodo escolar porque fue muy bueno. Todavía me gusta regresar, pese a que no sucede muy a menudo. Pero cuando estoy allí siempre es agradable, recupero un montón de recuerdos.

Visitaron Marbella porque imagino que buscaba algo. ¿Recargar baterías, tal vez, o crear vínculos en la plantilla?

No necesitamos crear vínculos, como equipo ya estamos tan unidos como es posible. Tampoco es el tiempo, el clima es bueno en Inglaterra, pero necesitamos un momento colectivo para centrar los esfuerzos. Cuando estamos en casa y con el día libre, invariablemente los jugadores se dedican a hacer un montón de cosas y yo quería que pasaran aquí unos días para hacer lo mínimo, para recargar las baterías, entrenar bien, tener reuniones tácticas y todas estas cosas. Nos queda una semana y parte de la preparación es la recuperación. Estuvimos aquí tras el partido con el Oporto en Champions y volvimos con las piernas y la cabeza frescas. El hotel es muy bueno y el campo de entrenamiento, excepcional.

¿Se acuerda de algún punto en que pensara: “Ya hemos llegado, todo está funcionando”?

No hubo ningún momento concreto. Tuvimos, como siempre en un club grande, una muy intensa pretemporada. Fuimos a Hong Kong, un lugar muy interesante y agradable si tienes tiempo libre, pero no es ideal para la pretemporada porque sólo tienes opciones de entrenar o hacer cosas para el club, hay poco descanso. Y me impresionó cómo el grupo llevó las dificultades. Todo fue trabajo y vi que los chicos lo aceptaron de buen grado. Ahí sabía que teníamos las bases de un grupo majo. Y luego, claro, el éxito hace grupo, o el grupo hace éxito. Y como todavía no nos había llegado el éxito, el grupo se fue formando y es nuestra base. Es genial tener a estos chicos a tu alrededor. Es una bonita mezcla, hay muchos ingleses con una actitud fantástica, que saben las obligaciones y responsabilidades necesarias en el fútbol inglés, y luego los de otras partes del mundo que aportan color, culturas diferentes. E ir bien en Champions crea todavía más unión.

Se les ve sonreír mucho paseando por el hotel.

No puede ser de otro modo. Tuvimos presión hasta el último partido de Premier, nuestro cometido real era clasificarnos para la Champions y parecía que lo teníamos hecho un mes antes del final. De repente, perdimos a jugadores muy importantes por lesiones y los resultados no salieron bien, perdimos intensidad. La Champions fue increíblemente tensa y no acabábamos de dar el último paso. Cuando sonó el silbato del último encuentro de Liga, con la clasificación para la Champions confirmada, sentimos un gran alivio, más que felicidad. Ahora queda la final, sabemos qué somos y estamos fuertes, nos estamos preparando. Esto no significa que vayamos a ganar, pero nuestras posibilidades serán mayores.

La forma en que le dijo a Trent Alexander-Arnold que iba al Mundial es parte del estado de bienestar que usted crea. Hace que la gente esté a gusto.

El seleccionador Southgate me llamó y me dijo que se lo podía contar. Quería hacerlo cuanto antes, pero tenía una rueda de Prensa, los chicos ya se habían ido y la siguiente vez que le vi estábamos en el autobús para ir al aeropuerto, sentado junto a Woodburn. Pensé que ya lo sabía. Fui hasta ellos y pregunté: “¿Cuándo se anuncia la selección?”. Y Woodburn dijo: “Pronto”. Le pregunté a Trent si tenía algo previsto para el verano. “No”, me dijo. Y le solté: “Yo sé lo que estarás haciendo este verano. Vas a Rusia, al Mundial”. No hubo abrazo, se bromeó y ya está. Empezó a enviar mensajes a la familia y le tuve que parar: “Eh, que no es oficial todavía”. Estuvo muy chulo. Es un chaval de 19 años, ha jugado partidos fantásticos, nos ha ayudado mucho, ha marcado goles importantes y ha defendido como un león. Es merecido y una fantástica experiencia.

Muchos quieren saber la fórmula de su éxito. He oído mucho acerca de lo que le influyó su padre. Que le apretó mucho. Que no le dijo “bien hecho” demasiadas veces.

(Risas). Teníamos una buena relación, era como tener un entrenador 24 horas, siete días a la semana.

¿No es confuso cuando se trata de su padre también?

Nunca lo diferencié. Un padre es una especie de entrenador de la vida. Fue mi entrenador de la vida, del tenis, del fútbol, del esquí... De todo eso, junto. No me pudo ayudar mucho en la escuela. Nació en 1933 y en ese tiempo la escuela era algo en lo que no confiabas, especialmente cuando eres el hijo mayor. Creo que tenía 12 años la primera vez que alguien pensó en llevarlo a la escuela, así que aprendió todo por sí mismo. Al final hasta hablaba inglés, lo que era bastante raro. No podía ayudarme mucho con los deberes, pero en lo demás trató de ser una gran influencia.

Roberto Carlos tuvo un padre como el suyo, de él nunca recibió un “bien hecho”, ni siquiera cuando ganó la Copa del Mundo. Le llamó para decirle: “No hiciste bien esto en la final”. ¿Le suena familiar?

Por supuesto. La generación de mi padre fue influenciada por sus padres y abuelos, que pasaron tiempos muy difíciles y lo más duro estaba por llegar. Eran todos un poco así. Tenía que caminar diez kilómetros al día para conseguir patatas para sus cuatro hermanas y su madre. Yo lo sabía todo, nunca me enfadé con él mucho tiempo.

Al mismo tiempo, ¿ha roto esa cadena con sus hijos?

Sí, pero fue fácil. El sentido común es mi gran fortaleza y siempre fue así, por lo que puedo explicarme los problemas a mí mismo, y tuve muchos durante un tiempo, y llegar a una solución. Así es la vida, aprendes de tus errores o de los de los demás, y eso hice. Me di cuenta de la verdadera situación con mi hijo menor, cuando hacíamos los deberes o algo, y reaccioné de manera similar a mi padre. Pensé: “Guau”. Me di cuenta y le puse fin inmediatamente. Fue un impulso y lo paré enseguida.

¿Lo hizo a propósito? ¿No quiere ser parte de eso?

No tenía tiempo para ello y es verdad que nunca quise entrenarle. He visto casi todos sus partidos, tiene mucha energía, pero no siempre salen las cosas bien. Nadie es perfecto. No es un problema si cometes un error, lo es si no te das cuenta y lo repites una y otra vez.

Usted quería ser médico. ¿Por una necesidad de ayudar a los demás?

No sé bien por qué quería hacerlo, pero me interesaba. En Alemania no se puede estudiar medicina con mis calificaciones. Pero cuando estaba en el Bachillerato, surgió la posibilidad de pasar un examen e ir a la universidad sin tener notas altas. Si salía bien, podía estudiar medicina. Quise prepararme, pero el fútbol se interpuso.

Compaginó el fútbol al principio con otros trabajos. ¿Qué trabajos tenía?

Trabajaba en un bar.

Tiene pinta de buen ‘barman’.

¿Sí? (Risas). Mi abuela tenía una fábrica de cerveza y muchos de mis tíos y tías tenían restaurantes y bares. Yo sabía cómo servir la cerveza, en Alemania es algo importante. Eso era por las noches, por la mañana trabajaba en un almacén de películas. Era un trabajo realmente duro, tres horas por la mañana, los carretes de películas pesaban un huevo... Así que trabajaba, jugaba al fútbol y estudiaba. Estaba bastante ocupado.

No había dinero para todo y tenía una familia joven de la que cuidar. ¿Le motiva pensar en aquellos años, que no quiere regresar a todo eso?

Hace mucho tiempo que dejé esas preocupaciones. Pero es verdad que no teníamos mucha pasta, no podíamos gastar mucho. Pero nunca dudé mi futuro, eso es muy importante. Cuando te cortan por la mitad tu tarjeta de crédito porque no tienes suficiente dinero no es agradable, pero siempre hay una solución. No tengo miedo a volver a eso, pero muchas cosas deberían ir mal para que suceda...

¿Le motiva pensar que las cosas pueden ir mal?

No, son pensamientos de cuando era jugador veterano. Invertí mucho tiempo jugando al fútbol y estaba claro desde el principio que no iba a tener una carrera decente. Así que estaba en Segunda, donde en aquellos tiempos no se ganaba mucho dinero, pero al mismo tiempo, al ser tan intenso y dedicarle tanto tiempo, te mantiene lejos de un trabajo mejor pagado. Cuando tuve 32 o 33 años hubo un periodo en el que no estaba muy seguro de qué hacer a continuación. Y entonces llegó la oportunidad de convertirme en entrenador y mánager, y eso, obviamente, fue muy bueno para mí.

¿Sintió, como jugador, que estaba preparado para ser entrenador?

Preparado no. Quería hacerlo, pero no estoy seguro de si estaba preparado. No sé si lo estoy todavía... Empecé en realidad con 20 años, cuando fui entrenador de niños de diez y once años en Frankfurt. Me encantó la experiencia. Estudié ciencias del deporte, pero desde muy joven sabía que quería ser entrenador. Pero también que, con mi experiencia como jugador modesto, tenía que dar muchos pasos antes de ganar dinero de verdad. Tuve la suerte de que el Mainz pensó que era una buena opción y me dio la oportunidad.

¿En qué momento decide qué tipo de fútbol le representa mejor? Me pregunto si su gran referencia fue Wolfgang Frank, su entrenador en el Mainz.

Cuando empecé no aprendí nada sobre el fútbol que me gustaba, todo era: “¿Cómo podemos conseguir los puntos?”. Y Frank me inspiró, no tanto en la idea de un fútbol emocionante, pero sí en la organización. Cómo organizar un equipo para no perder, porque cuando me convertí en mánager perdimos muchos partidos. No se trataba de entretenimiento y “ahora vamos a jugar al fútbol para enamorar”, al principio todo se basaba en la organización. Todavía se trata de organización, debe ser siempre la base de la libertad, de ser valiente.

Su fútbol podría describirse como un caos organizado.

(Se ríe). Sí. Caos organizado, no está mal. Pero la parte organizada debe ser tu propio equipo y la parte del caos, al contrario, algo que creas con tus movimientos. Pero sólo se puede hacer con jugadores lo suficientemente buenos. Los mejores entrenadores hacen las cosas que sus jugadores les dan la oportunidad de hacer.

Pero usted impacta en los equipos que tiene...

Ese es el trabajo, por supuesto. Puedes pensar que un jugador puede hacer esto y aquello, y se lo puedes pedir, pero siempre hay algo oculto en los futbolistas. Bueno y malo. Eres mucho más crítico con el jugador al que ves todos los días, pero el chico nuevo, vas y ¡guau! Te descubre algo con lo que no contabas. Y eso es bueno. Hace que esta profesión sea muy emocionante, nunca sabes al 100% por qué consigues lo que consigues, individual o colectivamente.

¿Quién ha sido el último con le que ha dicho “¡guau!”?

Trent (Alexander-Arnold). No necesitábamos incorporarlo, pero mi antiguo asistente lo trajo a un entrenamiento. Me dijo que podía jugar de medio, de defensa, de extremo por la derecha, por la izquierda… Cuando te cuentan todo eso, debes ser escéptico. Subió al primer equipo y no estaba en forma, no era más que un niño. Pero con mucha calidad. Tuvimos que trabajar en lo físico y él dio pasos increíbles. Es bonito de ver, cometió errores, pero no se dio por vencido. Sé que tras el partido ante el United, donde se le criticó mucho, la gente dijo que necesitábamos un defensa con más experiencia, pero si comete errores como los de ese partido, es por un fallo mío.

¿Le dijo eso?

Sí. Especialmente, esos errores fueron culpa mía porque si él no sabe cómo cerrar por dentro, eso es error mío. Le advertí que Rashford iba a atacar por su banda a pie cambiado, pero como no se lo recordé antes del partido me siento responsable. En todo caso, no hubo un solo segundo en que pensara: “Nunca va a aprender”. Eso es muy fácil de cambiar y mejorar a partir de ese error. Así que cuando juguemos de nuevo con el United no caerá en la misma trampa. Estoy lleno de emociones y sensaciones, pero mi paciencia con el aprendizaje es infinita.

Cuando se fue Coutinho, la gente a su alrededor cayó presa del pánico. Y usted calmó los ánimos de todos, permitió que las cosas se dieran naturalmente...

Es mi papel en general. Respeté el deseo de Phil (Coutinho) desde el primer segundo. No es que haga eso todo el tiempo, pero así lo hice en este caso. Habíamos firmado un nuevo contrato sólo unas semanas antes, pero ya se sabe… Fui muy claro. El no me lo habría pedido por ningún otro club, pero al mismo tiempo nosotros tuvimos que ser duros en verano porque no teníamos otra solución. Phil acabó por entenderlo. “Lo podemos hacer en la siguiente ventana de traspasos”, nos dijimos. No queríamos, pero lo hicimos porque pensamos que Lallana iba a volver, aunque no acabó de salir de sus malditas lesiones y hemos sufrido por su ausencia la mayor parte de la temporada. Uno lesionado y el otro en el Barcelona; y aun así, aquí estamos. No está mal. He tenido suficientes problemas en mi vida para saber que volverse loco en situaciones así no ayuda. Nunca estoy interesado en el problema, sólo en la solución.

Tras la marcha de Coutinho, ¿habló con los futbolistas y les dijo: “Es el momento de demostrar lo buenos que sois”?

No de forma tan obvia. Todo estaba claro, no necesité decírselo. Si traspasamos a Coutinho y no compramos a otro jugador es porque todavía pensamos que somos lo suficientemente fuertes, ése es el mensaje. Nada de: “Tú puedes llenar el hueco que Phil dejó”. Los futbolistas no son tontos, si dices eso, piensan: “Lo dices porque tienes miedo”. No tenía miedo de que el equipo se cayera sin él. Se llegó a un acuerdo bueno, el jugador se fue y ya está. Si viene alguien y me dice: “El Madrid te quiere y pagan 40 millones...”. Es para reírse. Pero si nos ponemos de acuerdo, no nos podemos quejar a posteriori. Si alguien me dice que se quiere ir, no sirve de nada dejar de hablarle. A Phil le respeto, le deseé buena suerte y estamos en contacto.

De cara a la final, ¿analizará la semifinal contra el Bayern del Madrid? No fueron sus mejores partidos...

No creo que las oportunidades del Bayern fueran tan claras. Es verdad que Keylor tuvo algunas buenas paradas, pero no creo para nada que el Madrid no mereciera llegar a la final. El Madrid tiene la frialdad del hielo cuando juega en Champions, es una cualidad tremenda. Tienen jugadores buenísimos, de los mejores del mundo en casi todas las posiciones. Es un equipo de fútbol fantástico, pero eso es lo que todo el mundo sabe. En fútbol hay herramientas para evitar que las virtudes del rival triunfen.

El Madrid lo que tiene es mucha calidad en ataque, puede marcar en cualquier momento.

(Risas). No vamos a hablar de eso. Es un partido, tenemos la oportunidad de ganar, seguro. ¿Qué opciones reales teníamos contra el City? Pocas, ninguna. Esa era la sensación. Pero creamos nuestra oportunidad y nos salió bien. Tenemos que ponerle mucho trabajo, pero es la final de la Champions. Si alguien piensa que es fácil para cualquiera de los dos, se equivoca. Es un gran reto para ambos. Genial. Vamos a por ello.

¿Qué necesita que hagan los aficionados del Liverpool?

Me doy cuenta de que es difícil llegar hasta Kiev, yo quiero llevar a mis amigos y mi familia y está siendo complicado. Los aficionados saben lo que tienen que hacer. Llevan tanto tiempo esperando algo así… No se habla de otra cosa en Liverpool, hay banderas por todos lados. Hemos tenido tantos momentos brillantes juntos, hemos disfrutado cada segundo de la Champions... Vamos a juntarnos de nuevo y a acabar de manera brillante. Hagámoslo lo mejor que podamos. Estamos en un momento positivo y todos saben cómo aprecio el esfuerzo que están a punto de realizar para formar parte de esta fiesta del Liverpool.

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