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LEGANÉS

Szymanowski, heredero natural del brazalete de Mantovani

El segundo capitán del Leganés, candidato a reemplazar a su amigo como líder del vestuario. El extremo representa valores similares: “Ser capitán del Leganés no se puede explicar”.

Szymanowski será el nuevo capitán del Leganés.
JUAN AGUADODIARIO AS

Martín Mantovani. Su nombre se lee rápido. Su adiós se digiere despacio. El capitán del Leganés deja Butarque. Él no quería, pero el club cree que es momento de decir adiós. La vida a veces empuja por senderos indeseados. Indeseados para él. Indeseados para una afición que ve como con su despedida, pierde algo más que un futbolista. Pierde un icono. La representación en carne del espíritu que engloba no sólo al Lega (que también), sino a todo una ciudad obrera que, currando, soñando, jamás dándose por rendida, ha crecido hasta ser urbe de Primera con un equipo ídem. Por eso Martín nunca se ha atado el brazalete a la manga. Se lo ha tatuado en la piel. En el alma. Reemplazar tal compromiso será complejo. Alexander Szymanowski, actual segundo capitán, se convertirá, salvo sorpresa, el continuador de su legado.

El relevo se antoja perfecto, aunque el propio Szymanowski haya manifestado en más de una ocasión que el único recambio que imagina para Mantovani es Mantovani. “Yo no tengo Twitter, pero me llegan algunas cosas. Me enfada cuando dicen que Martín tiene que renovar porque es histórico en el club. Si Martín tiene que seguir es por su rendimiento, no porque sea una estatua. Con Martín en el vestuario estamos más cerca de conseguir los objetivos”, dijo el bonaerense a principios de marzo en el acto público por su renovación.

La lealtad del extremo hacia el capitán es absoluta y viceversa. Los dos se quieren y respetan. Aprenden uno del otro. Comparten amistad y sus familias se entremezclan sin saber muy bien dónde empieza la del uno y termina la del otro. Simbiosis que se extiende a los valores que comparten. Si Mantovani tuvo que dormir en la calle para ser futbolista, Szymanowski tuvo que vender alfombras antes de ganarse la vida con un balón en los pies. Puro sacrificio. Puro Lega.

"Ser capitán del Leganés no se puede explicar"

Tales son los paralelismos de espíritu, que las arengas de Alexander cuando le ha tocado ser capitán son muy parecidas a las que han hecho famoso a Mantovani. El atacante (ahora lesionado) dio la primera el 8 de mayo de 2017. El Leganés jugaba ante el Betis en Butarque. El mismo equipo ante el que se despedirá el próximo sábado Mantovani. Destino caprichoso…

En ese duelo, hace un año, Mantovani no pudo jugar y a Szymanowski le tocó ejerce de capi.  Era su primera vez. En el corrillo del vestuario previo al choque, hinchó los pulmones de aire, el corazón de ilusión, y dio un discurso coloreado de blanquiazul. Pepinerismo en vena. El Lega ganó el partido. También un capitán para cuando no pudiera estar el de siempre. Para cuando no pudiera estar Mantovani.

“Lo primero que hice cuando me enteré de que iba a ser capitán fue comunicárselo a mi familia”, desveló esa noche Szymanowski. “Para mí es algo que no se puede explicar. Para otros puede ser algo normal. Para mí no. Para mí ser capitán del Leganés, un equipo de Madrid, con gente de Madrid, con mi familia… Quizá insisto en lo de mi familia, pero es así, es lo que siento. Eso es increíble. Representar a todos, a esta infraestructura que tanto está creciendo en los últimos años es un orgullo. Quiero agradecer a Martín la confianza que me dio hoy, también al cuerpo técnico y a mis compañeros. Me lo llevaré para toda la vida”, confesó entonces.

Ahora está cerca de revivir esa sensación como único dueño del brazalete que deja su amigo Mantovani, ése al que jamás quiso reemplazar. Ése que en realidad es irremplazable.

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