Ziganda en el adiós: "Me siento hasta demasiado valorado"
El presidente Urrutia confiesa que comunicó el lunes al técnico que no cumpliría el año que le resta de contrato. Cuco se mostró emocionado: "Me sentía con fuerzas pero entiendo la decisión"
La sala de prensa de Lezama se quedó pequeña para escenificar el acto de despedida de Ziganda y el resto de su cuerpo técnico, que, como estaba previsto, no cumplirán el año que les restaba de contrato. El lunes comunicaron al entrenador que será relevado en junio, lo más probable que por Berizzo y él se lo ha trasladado hoy al vestuario. Se empleó la escenografía habitual de los momentos históricos. Con Urrutia y Cuco en la mesa de exposiciones, la directiva casi en pleno, junto con el director deportivo Amorrortu, se acomodó en las dos primeras filas y el cuerpo técnico y el equipo, más el embajador rojiblanco Gurpegui, asistieron de pie. “Cuco no va a ser el responsable del primer equipo el año que viene. Quiero agradecer su comportamiento de estos siete años”, resumió Urrutia. Confesó sentirse afectado, apenado pero destacó que “los intereses del club tienen que estar por encima” y que al principal protagonista no le pilló por sorpresa el planteamiento. “Habíamos agotado las posibilidades de optar a UEFA y pasar apuros mayores y era lo conveniente aunque quedaban dos jornadas; no nos queda más que agradecerle su comportamiento global estos siete últimos años. Han sido más los aciertos en estos 14 años (otros siete de jugador) que los errores. Nunca sabes si va a ser una salida definitiva, yo mismo cuando salí no sabía que iba a volver y aquí estoy”, prosiguió el dirigente, quien quiso hacer ver que inmediatamente se ya se ha marcado el perfil del sustituto según la doble ambición de “querer estar en la pelea de arriba y venir a Lezama para ser mejores”. El propio Urrutia confesó que la respuesta de su gente en los malos momentos frente a los dulces de su etapa le ha reconfortado más. “No soy masoca prefiero estar bien que mal, pero es así”.
Urrutia justificó la decisión en base a que el nivel de exigencia ha subido en la era moderna. “No han salido las cosas por muchos motivos pero es muy difícil hacer cinco años consecutivos de entrar en UEFA. Nuestra cuestión es querer seguir ahí, volviendo a esos puestos. Tengo una buena opinión de Cuco porque le he visto trabajar estos siete años”. Le preguntaron por Berizzo pero no quiso entrar en nombres, solo se refirió a que “en jugadores tenemos limitaciones, pero en entrenadores, no”.
“Cuando me comunica la decisión es un momento duro y triste para mí –se emocionó Ziganda-, porque soy consciente de lo que significaba (entrenar al Athletic) a nivel personal, pero lo más importante es el club y el próximo entrenador del año que viene necesita un fuerte respaldo, necesita todos los comodines y durante gran parte de este año yo los he perdido, de cara a transmitir esa ilusión con la que siempre he soñado. Hay que poner el club por encima de todo, esa tristeza la puedo transformar en muchísimo orgullo y agradecimiento. Al final no han salido las cosas pero no hay mucho que objetar, el regalo que me he llevado a pesar del año que ha sido no tiene precio”.
El entrenador siempre había tenido esperanzas de que la cosa mejorara y las “malas sensaciones en muchos momentos” le hicieron pensar en que la cosa no iba a ningún lado. Confesó que se veía con fuerzas para seguir otro año. Reiteró que fue perdiendo comodines y “empezar con esa espada en agosto habría sido un riesgo”. No reprocha nada al club ni a los jugadores: “Como dijo un gran entrenador, uno empieza a fracasar en el momento que busca culpables, si algo me voy a achacar es no haber sacado más de estos jugadores. Soy de pueblo espero que haya sido un año de barbecho y espero que sirva para coger raíces”. Analizó que desde el principio todo fue muy atropellado: "Hemos ido a contrarreloj todo el día, con prisas, urgencias sin anclar nada sólido, hemos ido con muchas urgencias desde agosto".
La misma grada, bueno trasladada al flamante nuevo campo, que le aclamaba cuando era jugador ahora le pedía que se fuera. “Tienes que asumir y es parte del fútbol, la despedida es de mucha categoría y los mensajes de apoyo que he podido recibir no tienen precio. Me quedo con esas cosas lo otro me lo tomo como parte del fútbol y el desencanto es mío por no darles lo que ellos querían”. Por último, se refirió a los cruces de declaraciones de los últimos tiempos, que, según subrayó, se han malinterpretado: “A veces somos demasiado naturales y se nos aprovechan de ello, Rico y yo tenemos una relación increíble. Hablamos con tanta naturalidad que os damos pie a titulares sacados de contexto, Cuando le cambio a Beñat se enfada pero es hasta bueno… pero el compromiso de ellos es el que han mantenido todos los años”. Se emocionó al ser preguntado por cómo le gustaría que le recordaran: "La trayectoria no es solo de un año, pero no le doy excesivas vueltas. Este año he tenido detalles impresionantes, el otro día se paró una patrulla de la Ertzaintza y no veas que ánimos, me siento hasta demasiado valorado a nivel personal. No sé por qué se me valora tanto; el club es diferente, las ideas claras que tiene el club es el verdadero mérito". Las alocuaciones concluyeron con una ráfaga de aplausos y Ziganda bebiendo un trago para refrescarse la boca.
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