"No hay que rendirse jamás"
"Llevaba un montón de tiempo sin jugar y podría escribir un libro porque he vivido un montón de emociones durante todo este tiempo", dijo.
Casi año y medio, exactamente 512 días, ha tenido que esperar el capitán de Osasuna, Miguel Flaño, para volver a jugar un partido oficial. El defensa navarro sufrió una grave lesión de rodilla en diciembre de 2016, en el partido que midió a Osasuna con el Barcelona en El Sadar. Tras una larga y dura recuperación, tuvo que esperar hasta el pasado domingo, ante el Nastic, para que Diego Martínez le diera una oportunidad. Atrás dejaba muchos partidos vistos desde la grada, y en el mejor de los casos desde el banquillo.
La felicidad fue completa el domingo para Miguel, ya que no sólo volvió a ser titular sino que su equipo ganó y se volvió a meter en la pelea por el play off de ascenso. Sin embargo, siendo fiel a su manera de ser, trataba de quitarle importancia: “Es una semana más y hay que relativizar las cosas. Llevaba un montón de tiempo sin jugar y podría escribir un libro porque he vivido un montón de emociones durante todo este tiempo. Primero con una larga lesión ya olvidada y ese periodo sin entrar en el equipo desde octubre en que ya estaba a tope. Me he basado en ilusionarme cada día y eso me ha ayudado a llevarlo”. El navarro no quiso pasar por alto todo el apoyo que ha recibido durante este tiempo y destacó la importancia del partido del sábado ante un rival directo, el Oviedo: “Mucha gente me ha ayudado y me siento muy agradecido. El pasado no lo podemos cambiar y ahora está el presente. Con ganas de vivir cada día y ese partido del sábado, precioso y motivante. Es una gran suerte estar aquí y vivir estos momentos. Hay que pelear hasta el final y no rendirse jamás”. Como sus compañeros, sabe que se encuentran en un momento clave: “La temporada se va a acabar y estamos en un momento límite. Las sensaciones son especiales en estos partidos y nos jugamos el objetivo de toda la temporada. Estamos deseando que llegue este partido”.