El último batacazo del Plan B
Una vez más, como viene siendo costumbre esta temporada, la mezcla de titulares y meritorios fracasó. Vallejo y Theo Hernández, los principales señalados.
Parece asumido, hasta aceptado, que este no es Madrid para ligas. Primero porque el Barça es mucho Barça, y segundo porque al amparo de las Champions ganadas se vive muy bien. En ese colchón reposan los blancos en las últimas temporadas, desde los titulares hasta los meritorios, a la espera de que otra Copa de Europa justifique tanta dejadez. Ni el Plan B, tan socorrido y tan elogiado hace un año, ha escapado este a esa pereza al andar por casa, principalmente en Liga pero también en Copa. En el Pizjuán dejó otra decepción, esta acompañada por una sorprendente apatía, como si el partido fuese más un estorbo que una oportunidad y no hubiera ni ganas de disimular.
Varios son los damnificados por ese bajón de la segunda unidad. La unanimidad recae sobre Theo, al que alguien debió de cambiar en su ruta Vitoria-Madrid. La suya nunca ha sido una alternativa real a Marcelo, como se redemostró en Sevilla, donde otra vez lució despistado, sin presencia en ataque e impreciso (falló seis pases, cuatro centros y tres intentos de regate). A nadie sorprende que Zidane, excepto en la vuelta de la Supercopa de España, no le haya sacado en ninguna noche grande. Cerca de él, en posición y en rendimiento, estuvo Vallejo, que llegó con la losa de futbolista de cristal y ha seguido como central de altibajos, de algunas actuaciones prometedoras a otras inquietantes. Este miércoles, lo que tendría que haber sido un muro, su pareja con Ramos, fue una alfombra roja para Ben Yedder y compañía. Aunque mejoró en la segunda parte, tampoco convenció Casilla, que falló en el primer gol, pudo hacer más en el segundo y en el tercero, y transmitió inseguridad. Pese a los claroscuros de Keylor, no ha podido asaltar la titularidad.
Un pase ha tenido Ceballos, bastante más penalizado por la desconfianza de Zidane que por sus actuaciones. Ante el Sevilla lo intentó todo, pero se vio engullido por la tristeza del colectivo y superado por la atmósfera, con un estadio dispuesto a la mofa por su pasado bético. Parecido es el caso de Mayoral, casi reducido a delantero de entrenamientos pese a que la estadística le sitúa como el segundo jugador de la plantilla en eficacia de cara a puerta; este miércoles le bastaron 20 minutos para batir a Soria. Capítulo al margen es el de Llorente y Achraf, con papeles residuales: al primero (1.061 minutos) se le veía como amenaza real de Casemiro a medio plazo, pero nunca le entró por los ojos a ZZ, que en Nervión no tuvo reparo en recurrir a él en el 86', con todo decidido; el segundo (1.225 minutos) se cayó tras una entusiasta pretemporada, no pasó el corte y ya no cuenta ni como tercer lateral.
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