Con Rémy empezó todo
El destino de este curso de la UD está unido al Getafe. Fue el último escarnio antes de la llegada de Jémez, 4-0, y desde que el delantero galo se marchó al equipo madrileño, al entrenador cordobés le crecieron los enanos en este show amarillo.
MENSAJE AL GRUPO
RUMBO A CHINA
Viera, una ausencia imposible de saldar
“Me tenía que haber ido cuando Jonathan Viera se fue a China”, ha sostenido Paco Jémez varias veces. “Si me quedé, fue por mis jugadores”, apostilla. Tras el partido ante el Sevilla en el EGC (1-2) se confirmó la marcha del mediapunta de La Feria hacia China, 18 millones de euros mediante, lo que terminó de hundir por completo a la Unión Deportiva. Había perdido contra el equipo hispalense, pero en los dos anteriores partidos ‘rascó’ 4 puntos ante Málaga (1-0) y Athletic (0-0). Tras la derrota ante los pupilos de Montella, y ya sin Viera, Las Palmas acumula ya 11 partidos sin catar el sabor de la victoria. Tras esas 7 derrotas y 4 empates, el equipo se condenó definitivamente al pozo de la Segunda División. Sin Viera perdió timón y faro, y ninguno de sus compañeros fue capaz de asumir galones.
UN FICHAJE RUINOSO
Todos los males conducen a Emenike
El fichaje de Emenike, que llegó casi a la par que el cierre del mercado invernal, es la metáfora perfecta de todos los males que azotan a la entidad insular. Jémez necesitaba un delantero, y la Dirección Deportiva se fijó en un rudo delantero del Olympiakos griego que llevaba sin jugar, presa de las lesiones, desde octubre. Pese a las suspicacias que su alta despertó ya desde el reconocimiento médico, finalmente se tramitó su incorporación. Desde entonces, no ha jugado con el equipo, ni siquiera estuvo convocado, y mucho menos entrenó con el grupo. Los médicos dieron el OK, y poco después se le detecta una lesión “por desgaste” en su rodilla derecha. En las guerras internas, Gerardo Garcés, responsable médico, derivó la responsabilidad, en ‘La Provincia’, a la Dirección Deportiva.
VINO, JUGÓ Y SE LESIONÓ
Dos semanas que se alargan mucho
Si el partido contra el Sevilla fue el último Viera con Las Palmas, al menos en su segunda etapa, también lo fue, de momento, para Peñalba. “Es tan bueno que puede jugar en cualquier liga”, dijo de él Paco Jémez, que ya lo había dirigido en el Cruz Azul (Méjico). Fue indiscutible hasta que cayó. Contra el equipo hispalense, salió cojeando en el minuto 42 (en su lugar entró Ezekiel) y desde entonces, en su rutina se mezclan fisioterapeutas, el doctor Cugat, distintos médicos y la camilla de masaje y recuperación. Se rompió el Quiste de Baker de su rodilla, y le dieron dos semanas de baja. Cugat le dijo cuatro. “Cometimos un error muy grave con él”, anunció Jémez. No jugará más este curso.
UN REFERENTE CASTIGADO FÍSICAMENTE
Baile en defensa; y además, sin Bigas
Pese a que la UD supo cubrirse perfectamente las espaldas con el fichaje de Gálvez, petición expresa de Jémez, lo cierto es que la baja de Pedro Bigas, indiscutible en el equipo desde su llegada a Gran Canaria en julio de 2015. No es que Ximo Navarro no sea un relevo de garantías, que lo es (tremendo su partido en casa contra el Barcelona), pero el equipo echó en falta la buena colocación del central balear y su arrojo para lanzarse al ataque. El agujero de Las Palmas en defensa ha sido más que notorio, y no solo por la cantidad de goles encajados hasta el momento (70, más que nadie en LaLiga). El mal momento de jugadores de Macedo o Dani Castellano hizo multiplicarse a Aguirregaray. A Borja Herrera hubo que cederlo y de David Simón apenas se han tenido noticias.