La rúa de Messi e Iniesta
El Barça celebró el doblete ante miles de personas por las calles de la Ciudad Condal. La fiesta la animaron Piqué y Umtiti. Valverde acabó sin zapatillas...
Barcelona se tiró a las calles con tranquilidad pero con gratitud para celebrar el octavo doblete de la historia del club azulgrana, una gesta que ya ha entrado en la normalidad, así de ganador se ha vuelto el Barça desde la era Cruyff (15 Ligas de las últimas 28). Fue una rúa relajada, con poso y feliz, que se extendió poco más de dos horas y que arrancó en la Plaça de Drassanes y terminó delante de la Plaça Doctor Ignasi Barraquer en la Avinguda de Sarriá. Miles de seguidores entregaron cariño a sus jugadores, especialmente a Iniesta y Messi. Se multiplicaron las pancartas de agradecimiento al manchego (“eterno”, “infinito Iniesta”) y gritos pidiendo que dé marcha atrás y siga un año más. Messi, mientras, es el indiscutible icono de los últimos títulos, de la afición y casi se diría que de toda la ciudad, inundada a diario de camisetas con su nombre y que no se entiende sin él.
Desde primera hora de la mañana, y aprovechando el puente, las familias tomaron posiciones en Paral-lel, Ronda de Sant Pau y Comte d’Urgell, las calles por donde discurrió la rúa en un desfile casi rectilíneo, para ver en primera fila a sus héroes. Socios de siempre, niños que aparecían delante del Mercat de Sant Antoni procedentes de cualquier rincón del Raval, turistas impresionados. Todos tenían algún motivo para celebrar. Argentinos, franceses y alemanes fans de Ter Stegen. El portero cumplía 26 años. Vecino del barrio de Gràcia, integrado a la perfección en el estilo de vida de la ciudad, tuvo un regalo inmejorable.
“Falta la buena”, lamentaba algún aficionado la eliminación de Champions durante la rúa mientras veía los trofeos de la Copa y la Liga presidiendo el autobús descubierto en el que la plantilla disfrutó de dos horas del calor de la gente. Lo de Roma, sin duda, dejó huella.
Hubo de todo en el bus. Umtiti no dio motivos para pensar que se marchará del Barça. Entre cerveza y cerveza se lo pasó en grande con su ‘hermano menor’ Dembélé. Piqué, como siempre, estuvo en líder de una rúa que empezó el paseo envuelto en la senyera como Sergi Roberto y Denis Suárez.
A Iniesta se le vio melancólico. Con su gorro de juglar, saboreó su última rúa con una sonrisa que tenía el regusto de años y años de celebraciones. El genio de Fuentealbilla se hizo fotos durante el trayecto con Coutinho y Denis, posibles sucesores. Messi se lo pasó en grande con las ocurrencias de su inseparable Pepe Costa y Piqué. Busquets y Rakitic, como en el campo, mantuvieron la posición. Y Alba, otras veces más efusivo, estuvo en un segundo plano como los Cillessen, Vermaelen, André Gomes, Digne, Semedo, Aleix o Alcácer...
Fuera del foco, pero afinando el suyo, estaba Valverde. El Txingurri, un apasionado de la fotografía, captó los instantes de una fiesta plagada de banderas azulgranas y camisetas con el dorsal 10. La rúa careció de la pasión de ocasiones anteriores, viene el club de históricos tripletes en 20009 y 2015, por no hablar de las memorables celebraciones en Plaça Sant Jaume. Pero la afición no dio la espalda al equipo. Unos a otros se dieron las gracias por una década memorable y empezaron a despedir a Iniesta. Hoy resaca y, desde mañana, a construir el futuro. Eso sí preocupa en Can Barça.
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