1x1 del Celta: Verbena defensiva para despedirse de Europa
Los fallos de los zagueros celestes y del colegiado Alberola Rojas pusieron en bandeja el triunfo al Villarreal. Sisto, de lo poco rescatable en los de Unzué.
Sergio: Salvó a su equipo de una goleada mayor. No pudo hacer nada en los tres primeros tantos del Villarreal. Impidió con una gran parada el cuarto gol de Bacca.
Hugo Mallo: Su inexplicable error en el primer gol lo sacó del partido y Chéryshev encontró una autopista por su banda. Antes de regalar el 1-0 había metido un gran pase a Brais Méndez, pero el mediapunta no acertó con la portería de Asenjo. Unzué lo sustituyó a falta de 20 minutos para probar una variante táctica.
Cabral: El más entonado en el descalabro defensivo. Mantuvo la intensidad hasta el final. Se equivocó en el 2-1 al salir de su zona para intentar frenar el ataque local.
Sergi Gómez: Quizás fue su peor encuentro de la temporada. Cometió un error de bulto en el tercer tanto del Villarreal, midiendo mal en su intento de despeje. Sufrió con la velocidad de los atacantes rivales.
Jonny: Partido para olvidar del lateral. Desbordado por Castillejo y fallón al corte. Sin presencia en ataque.
Wass: En su primera aparición Asenjo lo derribó dentro del área y el árbitro pitó la falta fuera. El resto del partido pasó prácticamente desapercibido. No dio profundidad por la banda y estuvo espeso con el balón.
Lobotka: Superado defensivamente. Pocas recuperaciones y más fallos de lo habitual con el balón. Su fútbol resultó demasiado plano.
Jozabed: Desorientado en el centro del campo. No está capacitado para jugar de mediocentro por mucho que Unzué se empeñe. Desperdició una buena ocasión con una volea defectuosa.
Sisto: Con mucha diferencia fue el mejor de los celestes. Intentó desequilibrar de manera individual una y otra vez. Marcó el gol y Asenjo firmó dos paradas de mérito a disparos del danés.
Brais Méndez: Nada que ver con sus últimas actuaciones. No le salió nada de lo que intentó, ni pases sencillos. Fue el primer céltico sustituido.
Maxi Gómez: Combativo. Su poderío en el juego aéreo fue de lo más destacado del Celta en la primera parte. Pecó de individualista en más de una ocasión.
Boyé (entró por Brais): Sus cualidades continúan siendo un misterio. Esta vez Unzué lo situó de segundo punta y tampoco aportó nada.
Pablo Hernández (entró por Hugo Mallo): El Celta ya había tirado la toalla cuando el chileno saltó al terreno de juego. Conectó un buen cabezazo en un saque de esquina y pisó el área con peligro en un par de acciones. Incomprensible su suplencia.
Emre Mor (entró por Jozabed): Sin tiempo para demostrar nada ni para tomarle el pulso al partido.
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