"Fue un sueño y sembró optimismo por toda la ciudad"

Ahora es presidente del Comité Olímpico Español, pero cuando se produjo la gesta, usted, que nació allí, vivía todavía en Ourense y tenía 17 años. Para un aficionado al deporte, sería algo increíble...

Sí, y jugaba al fútbol. Nos entrenaba precisamente Astigarraga, que era el central y venía de la Real Sociedad. Todos los domingos iba al campo y lo tengo muy fresco (recita de memoria la alineación, posición a posición). Era un equipo muy bueno, con Fernando Bouso al frente. ¡Fue una pena el empate con el Ilicitano en casa y la derrota en Altabix en la promoción de ascenso! El único partido que perdió, ya fuera de la liga regular. El equipo se gastó mucho en la Liga para no perder y cuando llegó la fase de ascenso, ya no había fuerzas. Pero fue un sueño para contar, de esos que no se olvidan nunca.

Se iban sumando los partidos, y ese equipo parecía ser invencible.

Recuerdo que el último partido fue en Santiago contra el Compostela, que tenía un equipazo. Allí estuvimos muchos. ¡Una explosión! Se hizo historia y sirvió como trampolín a algunos jugadores. Pataco acabó en el Atlético de Madrid. Cortés jugó muchos años en el Deportivo. Carballeda, el delantero centro, fue después de Santillana el mejor rematador de cabeza que he visto. Era un hombre de 1,73 más o menos, pero su bote y la suspensión en el aire eran impresionante.

Como usted, muchos podrán recitar la alineación de memoria en Ourense...

De mi edad sí. Era el único equipo destacado allí. Como no perdía, O Couto se iba llenando más y más: 6.000, 7.000 espectadores... Además, era contra equipos gallegos y la rivalidad regional crecía. Semana tras semana, los medios de alcance nacional seguían reflejando que el Ourense seguía imbatido... A nivel deportivo, sin duda es lo más grande que se ha vivido allí. El baloncesto también tuvo épocas muy buenas, pero ellos están en la historia.

La gente correría a los quioscos a por los periódicos tras los partidos, ¿no?

¡Claro! Todo el mundo con los ojos como platos. Más allá de los resultados, hacían un fútbol extraordinario. Bouso venía del Atlético y supo animar a todos.

¿Cómo era el ambiente en O Couto?

De euforia continua. Y en la calle, a medida que pasaba la competición, se notaba más. Cuando un equipo tiene éxito, levanta la moral de toda la sociedad. Todo el mundo se siente orgulloso, saluda a los jugadores como ídolos y se va sembrando un valor de optimismo en la ciudad que acaba impregnándola, que es para mí el valor del deporte. Eso pasó entonces. Tiene una labor social muy importante.

¿Ha vuelto a ver a aquellos jugadores?

Hace dos años realizaron un vídeo maravilloso sobre aquel Ourense. Fui allí y me encontré con Pataco y Carballeda. Reviví mi juventud. Paseando por la ciudad nos encontramos a Bouso. ¡Aquello fue una locura encontrarme con los ídolos! Desde entonces no se ha visto nada igual. Ni el Barcelona les ha podido quitar el récord.