Tino da para un punto, no para salir de la crisis
El argentino, recién salido del banco, botó genial una falta para que Motta hiciese el 1-1 ante un serio Albacete, que se adelantó con gol de Aridane.
No hace falta sacarse el título de entrenador ni la carrera de Periodismo para hacer ciertas aseveraciones. "Está claro que el Almería va a perder", dijo un niño de siete años al oído del que suscribe en el transcurso del partido cuando veía a su equipo romo, sin chispa en ataque. Lo que el crío no sabía es que quedaba el as de Tino Costa. El centrocampista argentino salió en el 75' y ocho minutos después ya fue decisivo. Botó una falta como pocos saben hacerlo para que Motta, que entraba desde atrás, cruzase el balón al palo derecho de Tomeu Nadal y diese un punto al Almería gracias a ese testarazo.
Erró el niño con su afirmación y podrán echarle ustedes la culpa al sistema educativo, incluso a esos padres que permiten que la chavalería pase de ver la Patrulla Canina a jugar al Fornite en cuestión de minutos. Sin embargo, la aseveración del niño, simple, encerraba mucha razón. Ya podía durar el partido tres horas que el Albacete iba a llevarse los tres puntos porque el Almería no daba la sensación de poder igualar el partido (lo de voltearlo sonaba a utopía). Hasta que apareció Tino Costa.
En una jornada en la que los rivales directos del Almería hicieron los deberes, los locales no podían permitirse otro tropiezo. En los primeros compases reinó la igualdad. Incluso hubo espacio para la magia, con un caño con la espuela de Pozo. El genial mediapunta malagueño tuvo que ser sustituido por lesión en el 35', dos minutos antes de que hiciese lo propio Bela. Lo del Almería es para que lo analice Iker Jiménez, con ya siete jugadores en la enfermería, tres perdiéndose lo que resta de curso.
Poco a poco el Albacete fue desmelenándose, espoleado por una gran cantidad de aficionados manchegos en la grada. Hasta que llegó el mayor punto de inflexión del encuentro. En la mitad del primer acto un centro desde la izquierda de Erice no lo perdonó por Aridane, que se la acomodó previamente a su pierna diestra.
El partido estaba donde quería el Albacete. La respuesta de su oponente fue mandar centros desde ambos costados, pero Juan Muñoz no se enteraba de lo que iba el asunto. El asunto es que había una permanencia en juego, algo raro de entender observando los guarismos, en concreto, las tarjetas, cero. Una jugada individual de Hicham, sin apenas peligro, fue de lo poco 'destacado' de la primera mitad.
Los de Enrique Martín, a pesar de haber jugado tres días atrás, se encontraban cómodos con esa seguridad que da el 5-3-2 si esté es bien usado. La intención era aprovechar los espacios con Acuña y Zozulia, frescos tras salir desde el banquillo. El Almería lo intentaba, ganando metros, más por necesidad que por juego. Rubén Alcaraz probó con su típico obús y Erice respondió con otro disparo.
Conforme fue pasando el tiempo sí dio más sensación de peligro el Almería, con arreón final. Caballero tuvo la igualada con un remate al travesaño. Al final fue Motta el que materializó el 1-1 con esa falta botada por Tino Costa. Incluso el botín pudo ser mayor con un doble remate de Morcillo en el tiempo añadido.
El punto le sirve al Almería para no caer al descenso haga lo que haga mañana el Barcelona B. Sin embargo, el duelo ante el Albacete estaba marcado en rojo en el calendario por eso de que el conjunto manchego está en tierra de nadie, faltándole apenas tres-cuatro puntos para salvarse. La situación no pinta bien para los almerienses, que acumulan siete jornadas consecutivas sin ganar. La dinámica va mandándoles para abajo, desperdiciando el colchón que tenía. El regreso de Tino Costa tras su grave lesión da esperanza. El argentino pudo incluso con la afirmación tan clara del niño de siete años.
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