El descenso del Málaga tiene muchos culpables

Abdulla Al Thani: su incapacidad es la base de todos los males

Abdullah Al Thani es posiblemente el peor presidente que ha tenido el Málaga en toda su historia. Su desproporcionada inversión del segundo año llevó al equipo a Champions, pero hay que precisar que mostró notables problemas para pagar muchos de los compromisos que adquirió con aquellos fichajes. Desde ahí hasta ahora su gestión ha sido un desastre. Tiene el club descabezado, semiabandonado, sin una estructura seria ni sólida y es, sin duda, el gran responsable del desastre de temporada blanquiazul. Sus injerencias dinamitaron parte del proyecto en verano. Impidió las llegadas de Javi García y Adrián López, curiosamente quien le dio la puntilla al Málaga este viernes en Riazor con sus dos goles. Pésimamente asesorado, como casi siempre desde que aterrizó en Málaga, jugó a director deportivo y se gastó 3,2 millones en el fichaje de Esteban Rolón, otro movimiento que, como el de Cecchini, engrosará la lista de peores operaciones de la historia del club. Luego prescindió de Arnau señalándole como el gran culpable y rescató a Husillos, al que había finiquitado dos años antes como gran responsable de los males del equipo. En la actualidad tiene al club sumido en la indefinición y mantiene una guerra abierta con las instituciones malagueñas. La afición está harta y no para de pedirle que se vaya en cada partido. De la mano de Al Thani, el presente y el futuro del Málaga pintan más que preocupantes.

Francesc Arnau: el jeque le señala como gran responsable

Su planificación fue muy deficiente. Más allá del fiasco que ha resultado Borja Bastón, la inversión de 4,6 millones en Cecchini fue un error tremendo. El jeque le señala como el gran culpable. Debió dimitir cuando Al Thani vetó la llegada de Javi García y le impuso el fichaje de Rolón.

Mario Husillos: un mes de enero para olvidar

Mario Husillos regresó al Málaga a principios de octubre, con tiempo de sobra para planificar el mercado de invierno. Se empeñó erróneamente en mantener a Míchel, falló claramente en la elección de José González y la inmensa mayoría de sus fichajes no han aportado casi nada.

Míchel: perdió el control del equipo

Tiene su innegable cuota de responsabilidad como entrenador del equipo y también de parte de la planificación. Borja Bastón, el fichaje estrella, fue petición suya. No fue capaz de adaptarse a la situación ni sacar el mínimo partido a la plantilla. Su despido llegó demasiado tarde.

José González: no era la elección idónea

José no ha demostrado estar a la altura de lo que necesitaba el Málaga en una situación tan delicada. Su método está obsoleto y ha sido engullido por la grave crisis deportiva del equipo. Su discurso totalmente alejado de la realidad tampoco ha ayudado. Obviamente, no seguirá.

Borja Bastón: la apuesta salió cara 

Míchel pidió por activa y por pasiva la llegada de Borja Bastón para convertirle en la referencia del equipo. Pero el delantero no ha cuajado y su rendimiento ha sido calamitoso. Dos goles, uno de penalti, sólo 883 minutos jugados en Liga y 15 partidos en blanco. No marca desde la jornada 15 en Anoeta.

Rolón: su llegada fue el principio del fin

El jeque perdió la confianza en Arnau, bloqueó varias de sus operaciones y fichó por su cuenta y riesgo a Rolón a cambio de 3,2 millones. Ahí empezó a resquebrajarse el proyecto. El club sustituyó a sus tres mejores hombres (Sandro, Camacho y Fornals) por tres malas apuestas: Bastón, Rolón y Cecchini. 

Success: un fichaje inexplicable

De los refuerzos invernales, sólo Iturra y Miquel han dado cierto rendimiento. Los otros seis fichajes han fracasado. Sorprenden sobremanera los casos de Success, que llegó muy sobrado de peso y tras una larga inactividad, y Lacen, al que se le ha ‘obsequiado’ con una renovación por unos pocos partidos (¡?).

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