Crónica de un '2' anunciado
El Sporting de Gijón duerme líder de Segunda División tras imponer su pegada en el Mediterráneo, donde consigue su sexto triunfo consecutivo.
A veces David vence a Goliat, las historias de amor acaban con final feliz, incluso el Ratoncito Pérez aparece de verdad. Pero, por lo general, se suele imponer la lógica, que se vistió de azul oscuro con detalles dorados en el Mediterráneo, alentada por varios centenares de hinchas desplazados desde Gijón. Ese dorado que huele a Primera División.
Empezó el Sporting enseñando sus colmillos en un ataque con superioridad numérica, pero desaprovechando el tres para dos. Respondió el Almería, en concreto Pozo, con un disparo al palo. El ex del Manchester City tiene cada vez menos miedo escénico, echándose su equipo a la espalda junto a Rubén Alcaraz, destacando también Morcillo, tanto en defensa como en las jugadas a balón parado en ataque.
De hecho, una cabalgada del '10' unionista que derivó en su enésima genial asistencia -casi todas sus asistencias llevan adjetivo positivo- estuvo a punto de ser aprovechada por Soleri para poner las tablas al gol de Michael Santos. El uruguayo, a diferencia del italiano, no marró lo que le llegó a sus botas. En el minuto nueve Rubén filtró un balón a las espaldas de la zaga local, apareciendo Michael Santos a la espalda de Trujillo para dibujar lo que es una buena definición.
Con el 0-1, el Almería pisó el campo rival, teniendo la posesión de balón y moviendo éste, pero echándosele en falta más profundidad. De hecho, el Sporting se sentía cómodo ganando, esperando y realizando las basculaciones perfectas, dificultando esa verticalidad de la que adoleció el equipo de Lucas Alcaraz. Minutos antes del descanso, la escuadra asturiana reclamó un posible penalti de Rubén Alcaraz a Rubén García.
En el segundo acto el Almería hizo un partido serio hasta el 0-2. Los locales lo intentaron ante el equipo más en forma del campeonato. Morcillo tuvo el empate con un testarazo, yéndose la redonda por poca tras un saque saque de esquina botado por Rubén Alcaraz. En otro córner el propio Morcillo la peinó para Motta que se le hizo de noche, reclamando el Almería mano dentro del área. Minutos después, otro saque de esquina y otro penalti muy reclamado por los jugadores almerienses.
Si el Sporting se coloca líder y el Almería quinto por la cola no es casualidad. Ni flor de un día. Más bien causalidad. A los locales le daba la sensación de que merecían más por los méritos expuestos. Pero tan importantes son los méritos como los errores. Y los de Rubén Baraja, alentados por su Mareona, no perdonaron ni uno. Una pérdida de Sulayman -como en el anterior encuentro en el Mediterráneo- a falta de once minutos para el final encauzó en una asistencia de Jony para que Hernán hiciese el gol de la sentencia.
Con el 0-2 el Sporting se creció y el Almería se vino abajo. La jugada del 0-3 es para enseñarla en los cursos de entrenadores. O en los vídeos de esfuerzo y superación. De lo que no se debe hacer, más bien. El cuadro asturiano estaba desatado ya, buscando hacer el tercero, mientras que Javi Álamo, que apenas llevaba cinco minutos en el verde, se quedaba prácticamente en el centro del campo, sin ayudas defensivas, observando como Jony hacía el tercero de la noche.
El lunar para los de Baraja llegó en el tiempo de prolongación, cuando Díaz de Mera Escuderos señaló penalti por agarrón de Álex Pérez a Caballero. Rubén Alcaraz materializó el 1-3 definitivo desde los once metros poniendo fin a la racha de siete encuentros consecutivos dejando la portería a cero. Un mal menor con esos tres puntos que le sirven a los gijoneses para dormir como líderes de Segunda y a los almerienses, rozándose con el fuego, a cuatro puntos del descenso. Goliat va embalado y no se atisba nadie que lo pare...
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