1x1 del Celta: El banquillo rescata un punto de la nada
Brais Méndez se estrenó como goleador en el primer equipo, Tucu ganó la batalla en el mediocampo y Pione Sisto generó peligro por el costado.
Sergio: No tuvo ninguna culpa en el gol y solventó bien las acciones en las que fue exigido. Arriesgó, quizás demasiado, en algunas jugadas para sacar el balón con los pies.
Hugo Mallo: El capitán nunca falla. Fue el más seguro de la zaga y se convirtió en un huracán en ataque en los últimos minutos. Dio el pase de gol a Brais y estrelló un derechazo en el poste.
Cabral: Comenzó el partido con una acción absurda que le pudo costar un penalti por mano y nunca se recompuso. Se mostró débil y franqueable. Su peor temporada desde que llegó a Vigo.
Sergi Gómez: Tuvo que tapar su espacio y el de Cabral. Se midió varias veces en carrera con Williams, que fue un tormento, y acabó el partido extasiado. Estuvo correcto y sigue en una buena línea.
Jonny: No fue su mejor tarde. Apenas se prodigó en ataque y no estuvo lo contundente que acostumbra en defensa. Comete un gran despiste en el gol al soltar la marca de Unai Núñez.
Wass: Pasó de ser duda a jugar de titular y se le notó la inactividad de las últimas semanas. Se fajó como siempre, pero le faltó la frescura habitual que le permite marcar las diferencias.
Radoja: Totalmente desbordado en el centro del campo. No fue capaz de impedir el dominio rojiblanco y tampoco supo ayudar en la circulación. Acabó siendo sustituido.
Lobotka: Estuvo en un aprobado cuando su media del curso oscilaba entre el notable y el sobresaliente. Pagó la falta de ayudas en el centro del campo.
Boyé: La gran sorpresa en el once. Empezó el partido con un buen tono y acabó diluyéndose como un azucarillo. No es ese jugador que tanto prometía en el fútbol argentino. Le falta desborde.
Aspas: El murmullo de La Catedral cada vez que tocaba el balón demuestra el respeto que se ha ganado en el campo. Desasistido, generó peligro en los pocos balones que tocó.
Maxi: Al igual que Aspas, casi no tocó un balón en todo el partido, pero rozó el gol con un cabezazo espléndido. Vio la décima amarilla de la temporada y no podrá jugar ante el Sevilla.
Tucu (entró por Wass): Su entrada al terreno de juego cambió el partido por completo. El Celta pasó de estar dominado a ser el dominador con su presencia en el centro del campo. Sus suplencias son cada vez más incomprensibles.
Pione Sisto (entró por Boyé): Sorprendió su suplencia, sobre todo con la ausencia de Emre Mor. Sin embargo, supo olvidarse del golpe moral y empezó a martillear por su costado. Sólo erró en una contra que dirigía al no asistir a Iago Aspas.
Brais (entró por Radoja): El tercer jugador del banquillo que mejoró considerablemente al compañero sustituido. Remató la revolución de los suplentes con una volea soberbia que supuso su estreno goleador con la camiseta del primer equipo del Celta.
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